A la analista y politóloga norteamericana Jo-Marie Burt le preocupa el curso que está siguiendo el Perú, país en el que se va ahondando el autoritarismo, muy similar al camino recorrido por Guatemala, nación en la que se había consolidado una coalición corrupta que quiso determinar el destino de las elecciones. Con el triunfo inesperado de Bernardo Arévalo, esta coalición hizo lo imposible por evitar que el presidente electo lograra jurar y tomar las riendas del país.
Los cambios producidos en la Junta Nacional de Justicia han provocado esta desazón internacional que se ha expresado con misiones que llegaron a Lima para evaluar la situación. Se ha conocido la delegación conformada por dos senadores norteamericanos muy influyentes en su país. También la del Fondo Monetario Internacional que se interesó por el acoso persistente que ha soportado la JNJ.
Ahora que el Congreso logró su cometido y pudo sacar adelante la inhabilitación –aunque para hacerlo tuviera que haber echado mano a las interpretaciones tramposas de sus propias normas– habrá que esperar los efectos en el ámbito internacional.
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Como se conoce, el Gobierno norteamericano adoptó sanciones para obligar a que se respetara la elección democrática ocurrida en el país centroamericano. Se colocó en una lista a las autoridades guatemaltecas empeñadas en resistir la elección de Arévalo. Se les prohibió viajar a Estados Unidos y se anularon cuentas bancarias y otras medidas coercitivas. La misma posición en defensa de Guatemala democrática fue asumida por países como Canadá y también la Unión Europea.
Arévalo sigue luchando contra las fuerzas opositoras internas, encabezadas por la fiscal Consuelo Porras. Ha mantenido las banderas con las que ganó las elecciones y su abierta lucha anticorrupción.
El Perú ha sido igualmente capturado por una coalición autoritaria que degrada las instituciones y que busca capturarlas con fines particulares. Jo-Marie Burt alerta sobre este accionar y señala que estamos a unos pocos pasos de convertirnos en Guatemala.
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