Piura, una parodia de ciudad…, por Pedro Castro Balmaceda

“Pareciera que nuestros alcaldes y gobernadores llegan hipotecados o son incapaces de percibir las verdaderas necesidades de un pueblo urgido de autoridades honestas, capaces y transparentes”.

Una leve pero constante lluvia de ocho horas fue suficiente para dejar en evidencia que tras largos siete años del fenómeno de El Niño Costero (2017) Piura continúa siendo una aterradora caricatura de ciudad, con tres o cuatro centros comerciales en cada flanco, inundable como siempre, con las mismas pistas destruidas desde hace lustros y con obras inconclusas o de tan pobre nivel de ingeniería que solo nos queda hacer memes al respecto, y me refiero a esa espantosa bazuca llamada Sistema Alternativo de Recolección y Evacuación de Aguas Pluviales (SARE) que cuelga como una gigante cachiporra en el puente Andrés Avelino Cáceres.

El Senamhi acaba de anunciar el inicio del periodo de lluvias entre intensas a muy intensas para toda la costa norte. La primera de ellas bastó para poner en jaque a toda la ciudad de Piura: avenidas completas convertidas en ríos intransitables, aniegos por todas las esquinas, inundaciones en cada calle. Y, en esas ironías del destino, la urbanización El Chilcal -que colinda con el famoso parque Néstor Martos, y donde el alcalde Gabriel Madrid pretende gastar neciamente cerca de 15 millones de soles en construir un innecesario y fútil Parque de las Aguas- inundada completamente y convertida en la primera “Urbanización Acuática” de Piura. No sería más prudente y menos frívolo que nuestro alcalde gaste esos millones en tratar de solucionar lo básico y necesario antes de pensar en cuestiones tan triviales, superficiales e insustanciales. Pareciera que nuestros alcaldes y gobernadores llegan hipotecados o son incapaces de percibir las verdaderas necesidades de un pueblo urgido de autoridades honestas, capaces y transparentes.

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Y mientras Piura se inunda, otra vez, en la indolencia y el agua de lluvia mezclada con efluvios fecales, el dengue ya ha infectado más de tres mil piuranos y cobrado cuatro vidas. No tenemos camas hospitalarias, no tenemos un Hospital de Alta Complejidad, no tenemos laboratorios clínicos, no hay campañas de abatización permanente. Estamos en emergencia y a pocos días de iniciar las clases escolares, pero aun así esa nociva incuria de nuestras autoridades de no asumir responsabilidades ni tomar decisiones que podrían salvar vidas de decenas de niños nos hará lamentar este triste desenlace más adelante. Seguimos siendo reactivos, cuando necesitamos autoridades preventivas, si tenemos una epidemia de dengue en ciernes, un periodo lluvioso en pleno desarrollo y altísimas temperaturas (sensación térmica de 41 °C) sería sensato que el gobernador regional postergue el inicio del año escolar hasta fines de marzo, aplicado para instituciones públicas y privadas. O vamos a esperar las primeras víctimas mortales para reaccionar. Como siempre, la propuesta está dada desde el Minedu y la decisión, en la gobernación. ¡Vamos, piuranos, es hora de ponernos el alma!

Pedro Castro Balmaceda

Piurano, Comunicador Social y Administrador. Fui periodista más de un lustro y desde hace una década trabajo en Relaciones Comunitarias, pero siento que entre ambas profesiones existe una similitud: la sensibilidad social. Me gusta leer y escribir, tengo cuentos sin publicar y una novela a mitad de camino por falta de inspiración y valentía.