Los hechos del Ecuador han suscitado varias aproximaciones. Las más novedosas tienen que ver con los deseos del crimen organizado de tomar el poder del Estado por la fuerza. En realidad se trata de una hipótesis sobre el Estado ecuatoriano mismo y sobre cuán vulnerable es a un ataque desde el crimen concentrado en prisiones.
Brasil y México tienen bandas de delincuentes que son eficaces, violentas y transnacionales. Pero a nadie se le ha ocurrido que ellas puedan tomar el poder de manera visible en alguno de esos dos Estados nacionales. Ni siquiera en la Colombia enfrentada a las narco-FARC en otros decenios se planteó la posibilidad.
En Ecuador hay una fragilidad que llama la atención. De un lado es un Estado pequeño, de otro es un país recorrido por las grandes bandas criminales, como que está ubicado en medio del ecoparaíso de la droga formado por dos zonas bajas de los Andes. Es evidente que hay una fragilidad política intrínseca que tampoco ayuda a resistir a las bandas.
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En la hipótesis de Augusto Álvarez Ecuador está estallando porque tiene políticos dedicados a denunciar y combatir al crimen organizado en su país. Lo demostraría la insistencia en que el Gobierno no se meta con las mafias. Ya no la guerra entre bandas, sino una gran banda en guerra contra el Estado como conjunto.
Debemos entender, entonces, que si el Perú no ha llegado a una situación ecuatoriana es porque los políticos no tienen ganas de enfrentarse a las bandas criminales, y muchos de ellos simplemente pertenecen a ellas. Con lo cual hay tácticas de tornillo, no de martillo. Algunos dicen que sí vamos a llegar a lo ecuatoriano, pero no precisan cómo.
Lo que estamos llamando situación ecuatoriana en realidad ya es una situación Bukele: el choque directo del poder militar del Estado con las bandas criminales. La construcción de cárceles ad hoc en Ecuador ya ha comenzado. Sin duda ellas son parte de la campaña electoral de Daniel Noboa. Mientras tanto los insurrectos han incluido al secuestro en su repertorio.
Estamos, insistimos, en una nueva etapa de luchas por el poder del Estado en el tercer mundo. Comprarse a los políticos en paquete o aterrorizarlos uno por uno son las opciones que asoman en el horizonte.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).