¿La moción para la vacancia de Dina Boluarte es una sorpresa? Quizás no en sí misma, pero sí por el momento en que aparece. Una escalada de mociones parecidas es imaginable como inevitable de la fase final de este Gobierno. ¿Pero ahora? La iniciativa es innecesaria, por redundante, y porque no ayuda a esa estabilidad frente a la que todo el poder se arrodilla hoy.
El Congreso de donde sale esta nueva moción es el mismo que autorizó los viajes por los que se quiere vacar a Boluarte. Señal de que este pedido de vacancia no tiene el menor futuro. Es solo una señal de que, hablando formalmente, el Congreso tiene a Palacio en sus manos. Aunque ese es un juego de mutua destrucción política.
Quizás quien ha lanzado la idea está suponiendo que hay en el Ejecutivo simpatías por la parte sana de la Fiscalía, por lo cual sería necesario asustar a Boluarte con la amenaza de un acortamiento de sus plazos. Pero si no parece haber votos para tumbar a la JNJ, menos los habría para vacar a Boluarte, un tema que dividiría incluso a la alianza que hoy conduce el fujimorismo.
El tema que los impulsores de la moción eligieron es melancólico. Vacar por haber viajado al exterior, con visto bueno del Congreso, sería una suerte de doble tontería. Como si en el fondo se quisiera vacar al propio Congreso. Pero aquí nadie quiere vacar a nadie, claro. Solo hacer ruido para hacerse notar, golpeando el pobre pupitre, digamos.
De modo que tenemos uno de esos argumentos de tipo “si bien es cierto, también es cierto”, o si lo prefieren, “de un lado y del otro”. Todo parece un pedido para que Boluarte se cuadre con el Congreso en las tareas de desmontaje del sistema judicial. Quizás indicio de que los pedidos a puerta cerrada no han funcionado.
Pero en esto de la inestabilidad laboral en las alturas, Boluarte no está sola. Ahora un partido quiere sacar del puesto al presidente del Congreso, por haber movido la votación sobre la JNJ de una legislatura a otra. No es un viaje al exterior, pero sí quizás un viaje en el tiempo. Algo está revelando esta posposición.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).