75 años de los DD. HH.

Se celebra un aniversario más de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

“El compromiso con los derechos humanos nunca termina” señaló el papa Francisco en esta conmemoración de los 75 años de la Declaración Universal de los DD. HH. En París, la Asamblea Nacional de Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948 aprobó este tratado internacional que es fundamental para la vigencia de los derechos que toda persona tiene como ser humano.

Fue el primer esfuerzo común tras la devastadora Segunda Guerra Mundial. En el histórico documento se describen los derechos y libertades esenciales, como el derecho a la vida, a la educación y a la cultura. Es la manifestación más clara de la vigencia universal de la dignidad del ser humano y las condiciones más propicias para su bienestar, en un contexto que le garantice paz y seguridad.

Es el reconocimiento de que, sin reparar en sexo, edad, raza, color, condición, idioma u opinión política o de cualquier índole, todos los hombres nacemos iguales, en dignidad y derechos.

El concepto “universal” es uno de los más revolucionarios en esta declaración. Es una apuesta por la construcción de sociedades cada vez más justas, más democráticas, tolerantes y más inclusivas. Es la manifestación de los países allí representados de reconocer estos derechos como inherentes a la persona humana y respetarlos y darles vigencia.

La “libertad” es el inicio de la vigencia de los derechos civiles y políticos, en el que priman los derechos de las personas frente al Estado. La “igualdad” resume todos los derechos económicos y sociales, en los que el Estado cumple el rol más activo. En la “fraternidad-solidaridad” se reúnen los principios de desarrollo. También se habla de derechos de primera, segunda y tercera generación.

Estos principios fundamentales han dado origen a una sucesión de convenios y tratados que integran la normativa vigente a nivel nacional e internacional para la protección de los derechos de las personas.

Sin embargo, no todo lo que reluce es oro. En este preciso momento, hay masivas violaciones contra los principios y normas que rigen las relaciones humanas en el mundo. Libertades conculcadas, migrantes sin patria, guerras que convierten a civiles en víctimas, asesinados sin culpables. Es necesario mantener la lucha por su vigencia porque el compromiso con los derechos humanos nunca termina.

La República

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