Aquí está su pasaporte, por Mirko Lauer
"Evidente una salida importante para Boluarte, y una que no le negaría el Congreso en ninguna circunstancia, es una gira con sentido latinoamericano".

Dina Boluarte ha obtenido un pequeño triunfo con la norma que le permite ejercer como presidenta a la distancia. La idea de gobernar a control remoto es un poco fuerte, pues hacer eso exige más cosas que aparecer en pantalla. Pero la idea se entiende. Ahora ella podrá ascender a todas las cumbres de esta temporada.
Debemos suponer que no se trata de una libertad absoluta, sino de una sometida, entre otras cosas, a la aprobación del Congreso. De modo que el vuelo que ganará en el exterior, a la vez, será condicional. Podrá disfrutarla en el entendido que la presencia de Boluarte en foros internacionales será beneficiosa para todos.
Lo que hemos llamado pequeño triunfo llega tarde. Hubo un tiempo en que desplazarse por el mundo levantaba mucho los bonos de un presidente peruano. Era indicio de una importancia, y de que ese mundo acogía al Perú entero, convertido en visitante oficial. Muchas crisis se neutralizaron subiendo a un avión.
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Pero casi todo eso ya es el pasado. Ahora los presidentes prácticamente viven en los aviones. Sus itinerarios y pascanas son transmitidos en tiempo real. Una mirada distraída podría pensar que no se han movido del territorio nacional. Lo nuevo es que los mandatarios se juntan, irresistiblemente, y hay que juntarse con ellos.
Sin embargo cabe advertir que las cumbres con más densidad política van a ser en el Perú mismo. Una será para la Alianza del Pacífico, en fecha indefinida. Otra la del Foro de Cooperación Asia-Pacífico, pero eso llegará al Cusco recién en el 2024. Pero cumbres importantes en tierras remotas hay en gran abundancia, digamos.
Evidente una salida importante para Boluarte, y una que no le negaría el Congreso en ninguna circunstancia, es una gira con sentido latinoamericano. Tendría que ser hecha a la medida, eludiendo Gobiernos hostiles, en algo así como un juego de damas chinas. Nuestros vecinos se han vuelto poco o nada visitables por el momento.
El mejor viaje sería una combinación de Brasil y la Unión Europea. Lula ya antes invitó a Boluarte para la pasada reunión de mandatarios en Sao Paulo. En la UE mucho se resuelve concentrando la visita a la sede en Bruselas, y de paso evitando distracciones como saludar al papa o recorrer el Louvre.







