Estimado Augusto: Gracias por tus comentarios en tu columna del 09/02/23. Plantear el tema qué y quién es de izquierda me parece de suma importancia en estos tiempos tan difíciles y convulsos.
Para comenzar, te diré que no creo que existan “izquierdistas pura sangre con pedigrí”. Menos los que reparten diplomas de “buena conducta izquierdista”. Me gustaría más bien repartir diplomas de “mala conducta”, algo que yo solía recibir en el colegio.
Soy un convencido de que la izquierda si quiere hacer política debe reconocer su crisis y aceptar su diversidad, pero me pregunto además si ser de izquierda es criticar solo a la izquierda como suelen hacer algunos. Confieso que no me gusta la crítica fácil a la izquierda, tanto de los propios izquierdistas como de los que no lo son. Tampoco la crítica fácil, que muchas veces viene de la izquierda, a la derecha, al liberalismo o a los conservadores. La crítica fácil, por lo general, se basa en prejuicios, en una falsa información, que se convierte en mera propaganda, más aún en estos tiempos mediáticos. Son estas ideas las que me llevaron a criticar, con cierta ironía, al excongresista Richard Arce, no porque haya ido a visitar a la presidenta Dina Boluarte.
Creo que es momento de abrir un debate franco, abierto y, si es necesario, duro, reconociendo que el conflicto y los intereses son consustanciales a la política. Es la lana con la cual tejemos lo que llamamos el mundo de La Política. Valentín Paniagua solía decir que la política es sobre todo confrontación de ideas. Por algo se dice que la democracia es una “guerra civil sin armas”.
Y este debate es más necesario hoy por lo que está sucediendo en el país: los más de sesenta asesinados o muertos, la represión indiscriminada, la violencia que hoy vivimos, los miles de compatriotas que protestan en sus regiones y que vienen a Lima con su vestimenta y su lenguaje para decirnos que no quieren la desigualdad, el racismo, el mal Estado, ni una modernidad y modernización que los excluya como ahora y que les arrebata su idioma, su cultura y herencia, entre otros aspectos. Es decir, lo que quieren es democrático: un pedazo de poder para construir conjuntamente una patria de iguales. Por ello, necesitamos también alejarnos de ese viejo estilo limeño, que se expresa tan bien en esas palabras del gran poeta español Pedro Salinas, de decir un No que parezca un Sí, y recuperar más bien aquellas que hoy reivindican las mujeres: No es No.
Estimado Augusto, preguntas qué opino sobre Pedro Castillo, Vladimir Cerrón, Aníbal Torres y otros temas. Te recuerdo que publiqué un par de columnas en La República donde afirmé que no solo estaba en contra del autogolpe de Castillo, sino que la izquierda no podía canjear la revolución y la democracia por el golpismo. Por eso rechazo los pedidos de libertad para Castillo y me sorprende, y soy crítico, que presidentes progresistas como Manuel López Obrador, Xiomara Castro y Gustavo Petro pidan la libertad de un golpista.
Es cierto que el gobierno de Castillo fue un desastre y además corrupto, y que los que lo llevaron al gobierno fueron unos sectarios que dividieron a la izquierda. Sin embargo, es cierto también que Castillo, más allá de todas estas críticas y errores, representó las demandas de un pueblo que aspiraba a un Gobierno, justamente, del pueblo.
Hoy existen una derecha “trumpista”, una élite política y social racista, y un sector de la prensa irresponsable y golpista, que jamás aceptaron el triunfo electoral de Castillo, que lo acosaron todos los días, acusándolo, incluso, de haber cometido un fraude electoral que jamás existió. Lo que hoy nos sucede no es solo culpa de Castillo sino también de una derecha y una ultraderecha que ahora entienden que no pueden perder otra vez una elección y que por ello pretenden quedarse por un largo tiempo con un poder que no les pertenece porque es de todas y todos los peruanos.
Nota: Este artículo es un resumen de una carta enviada a Augusto Álvarez Rodrich que la encuentran completa en mi Facebook.
Alberto Adrianzén. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.