El cobre ha subido vertiginosamente. El precio en dólares por libra (4.23) se duplicó entre marzo 2020/2021; chocó con un techo cerca a los 5.00 dólares hace un mes y si bien los analistas anuncian futuros a tres meses más estables, pocos dudan que alcanzará un mayor crecimiento en mediano plazo. Superciclo.
¿Cuál es el factor director del mercado?
China.
Gran consumidor y gran productor. Las subastas hechas por la autoridad del metal –cien años como partido Comunista– sirven de reguladoras de la oferta y, como ahora, de la demanda del metal rojo. Principal cliente.
Otra influencia cierta es el dólar. Es sabido que los contratos de compraventa se juegan en monedas, divisas y bonos norteamericanos que revientan el portafolio de reservas monetarias chinas.
Y el valor de los bonos en sí fluctúa según el comportamiento de la economía yanqui. Esta ya crece y la inflación toca sus puertas, creando diferenciales cambiarios por todas partes.
Hay también un ajuste periódico de monedas vs activos por coyunturas. Aquí, enero-junio electoral, se registraron ventas spot y swaps por USD 4,717 millones y 597 en papeles, una devaluación de 10% y RIN bajando de USD 82 mil millones a 72 716 mil millones. Susto.
Otro drive del mercado es la neorrevolución industrial. Presente en los nuevos usos de la inteligencia artificial cuyo hardware son las baterías, hilos, vehículos y circuitos eléctricos. Hay una propagación masiva de los materiales derivados de las revolucionarias aplicaciones de la IA, uno de ellos, el cobre.
Para los países abastecedores de materia prima, el presunto superciclo trae varios efectos según si: 1º Algunos países ya han entregado sus minas contra una renta de inversionistas. Poco. 2º Otros, Estado, locales y transnacionales, comparten renta y/o fases de la explotación del negocio. Algo. 3º El productor maneja la red de suministros, se inserta competitivamente en los flujos globales, actúa como cualquier lucrativo conglomerado, CODELCO Chilena. Ni concentración ni oligopolio. Adecuado.
Dependiendo de la opción, el superciclo rendirá beneficios.
Lo óptimo sería que el íntegro de la renta de los recursos se vista de bicolor. Si se multiplica la capacidad de producción (3 millones de tons.) por el precio unitario, valor de ventas, antes y después, se estima la diferencia, la sobreutilidad y así se tendrá el valor del excedente potencial que el país dispone para empleo, vacunación, salud, y educación.
Puede duplicarse el ingreso y formar fondos de mayores reservas para aminorar los riesgos cuando caiga la demanda. Eso sería un óptimo de mediano plazo. Que incluye ser una oportunidad de inversión de aun menor riesgo (168 ppm) que el actual para nuevos proyectos. Nótese, además, que el ajuste puede hacerse vía tributaria, por tasas, regalías o impuestos.
El cálculo del beneficio pasa por una evaluación del retorno nacional de la inversión. El reconocimiento de costos hundidos en la ecuación del valor. También de la tasa de actualización de las inversiones. Nadie duda que tal como están diseñados los contratos (eléctricos, ie.) más que abaratan los costos de la inversión y realmente son precios de transferencia.
También se transfiere al beneficio pagando menor salario, por devolución de impuestos, por depreciación acelerada, exoneración, desgravamen. Ítems que se incorporaron de modo inexplicable al beneficio sin que exista riesgo cambiario y siendo que la tasa de interés de referencia nominal del BCR es casi cero (0.25%). Por eso, al integrar estos factores al cálculo de la TIRF que abaratan los costos y reducen el precio del dinero, se asevera que la utilidad/costo llega a ser la máxima. ¿4 veces? Eso debe explicar el disgustado voto de los que viven alrededor de los yacimientos y solo la ven pasar.
Infografía - La República
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