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Miedos y razones

“Hoy hay una población más empoderada. Y eso para algunos es una amenaza. Algunos anuncian irse del país, dejar de ir al Cusco y otras variantes. Las desigualdades...”.

(*) Psicólogo social, Universidad de Lima

¿Qué puede haber ocurrido para que un amplio sector que votó por el fujimorismo en segunda vuelta asuma el discurso del fraude generalizado? Inicialmente fue un grupo de personas, algunos medios y un partido político (Renovación Popular) quienes acusaron en primera vuelta al JNE de estar armando un fraude. Pero la idea se ha ido expandiendo y hoy es parte de la narrativa de un grupo importante de quienes votaron por Fuerza Popular el seis de junio. Tenemos el derecho de pedir que se revisen las actas, marchar por ello, etc. Ese no es el punto. Existen casos, como en todos los procesos electorales, de votos que se pueden impugnar, pero el discurso apunta a otro lado.

De poco servirá que incluso Mario Vargas Llosa se haya cuidado de hablar de fraude, que 40 observadores de la OEA hayan estado presentes en 14 departamentos. Lo más probable es que el JNE dé su veredicto y, si no le es favorable a ese grupo, seguirán afirmando que hubo dolo, se muestre lo que se muestre. Está claro que desde Fuerza Popular se está buscando dilatar el proceso de proclamación, pero acá no hablamos del partido sino de las personas que incluso en primera vuelta ni votaron por el grupo naranja.

El discurso ha pasado, en algunos casos, de la denuncia y pedido de anulación de mesas a la violenta amenaza. Esto se ve en la campaña de “chapa tu caviar”. No se puede dejar de asociar con la arenga de López Aliaga en primera vuelta, también rodeado de camisetas de la selección nacional (“muerte a Cerrón… y a Castillo”). En ningún caso se justifica la violencia, menos entre quienes se han reclamado demócratas en todo el proceso.

Hoy hay una población más empoderada. Y eso para algunos es una amenaza. Algunos anuncian irse del país, dejar de ir al Cusco y otras variantes. Las desigualdades sociales y económicas son profundas, pero comparativamente hablando, hoy la gente tiene más recursos para expresarse. La demanda de igualdad es fuerte, y los sectores que van perdiendo poder, no solo político, sino también social, lo perciben de una u otra manera. Y ya sabemos que en las elecciones todos los votos son iguales. En parte las críticas a Vizcarra o luego a Sagasti evidencian esa sensación que, como escribió Patricia del Río, el poder ya no está solo en las manos de los de siempre. Esa es una fuente de temor.

Lo otro es que en esta campaña el uso del WhatsApp ha sido muy intenso. A diferencia de cualquier medio social, este sistema de mensajería crea múltiples microrredes de gente con la que se comparte algún tema en común. Si bien las llamadas fake news circulan por todos lados, en los medios sociales hay mayor posibilidad de ser contrastadas por alguien. El miedo y la percepción de amenaza, más aún cuando se repite de manera sistemática y generalizada en tantos grupos, favorecen un tipo de pensamiento (sistema 1 le llama Kahneman, Bion habla de pensamiento Beta) que se caracteriza por su automatismo, la no reflexión. Es un tipo de razonamiento automático que evita la frustración y el dolor. Un pensamiento que se activa con mayor fuerza ante el miedo y la percepción de amenazas. Otros estudios hablan del razonamiento motivado, donde la información que consumimos se utiliza para hacerla coincidir con los puntos de vista preexistentes. Se omite o niega todo aquello en lo que se cree para evitar la ansiedad que produce el cambio.

Finalmente, es cierto que las contradicciones de Perú Libre, la puja entre Castillo y Cerrón, aumentan la incertidumbre, pero también es verdad que varios intentos de precisión han sido inmediatamente negados. A veces por quienes no votaron por el profesor, otras veces por el mismo Cerrón o alguno de sus cercanos colaboradores. Luego de conocidos los resultados, Castillo tendrá que dar claros mensajes si quiere intentar ser escuchado.

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La República

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