Incertidumbre y segunda ola

“Lo más probable es que quizá se necesiten medidas más drásticas. Pero reconocer los problemas es siempre mejor. No hemos dicho nada de la campaña electoral. ¿Cómo será?”.

Las medidas de ayer nos dicen claramente: NO HAY INMUNIDAD DE REBAÑO. No existe. Lo que hay es una segunda ola que ha obligado al Presidente y al gobierno a tomar una serie de medidas para combatir el virus.

Lo bueno: se está poniendo a la salud primero, por encima de cualquier otra consideración, incluida la economía. Ese es un mensaje muy potente. La alerta ya está, aunque le pese a la Confiep.

Lo bueno es también que, por fin, tenemos un tablero de control con indicadores sanitarios y epidemiológicos así como económicos (PBI y empleo). Y tenemos alertas: moderada, alta y muy alta.

Preocupante: no sabemos el peso específico de los indicadores: ¿la tasa de contagio vale menos que el empleo? Y también que no haya monitoreo diario y transparente. El próximo aviso será… dentro de 15 días.

Problema: el monitoreo de regiones es borroso. Debemos ir a distritos, como Chile y Colombia. Pero eso necesita más pruebas moleculares para saber dónde están los contagiados: solo se están tomando 9,000 PCR al día (el 60% en Lima) y deberíamos estar en 15,000, expertos dixit. Necesitamos más PCR.

Casi todo el peso de las medidas recae sobre la gente: menos movilidad peatonal y toque de queda más largo. No se menciona uno de los factores de contagio más importantes: las reuniones familiares. Y las reducciones de aforo son pequeñas.

Esto va para largo, más aún si la vacuna tardará en llegar. El margen de maniobra en infraestructura de salud está colapsado: ya no hay camas UCI. Y como no hay reactivación con pandemia, la economía también va a sufrir.

Brilla por su ausencia la no mención a un tercer y cuarto bono universal. Primero, porque la compensación es un derecho y no una dádiva. Segundo, para que la población tenga que salir menos a la calle a buscar un ingreso. Tercero, porque reactiva la economía que sufre por falta de demanda. Esto es el ABC, pero no acá. ¿Nuestros ciudadanos son de segunda? La reducción del déficit fiscal vendrá después. Todavía hay tiempo para corregir.

El virus es el rey de la incertidumbre. Lo más probable es que quizá se necesiten medidas más drásticas. Pero reconocer los problemas es siempre mejor. Para terminar, no hemos dicho nada de la campaña electoral. ¿Cómo será?

La República

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