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Israel: esperma de soldados muertos en combate son congelados para futuros descendientes

Han nacido unas cuantas docenas de niños a partir de la extracción de espermatozoides “postmortem“, según un reportaje del portal Bloomberg.

Irena Akselrod (derecha), madre de la menor (medio) que es hija del soldado enmarcado detrás, German Rozhkov, muerto en batalla. Foto: composición LR/referencial/Bloomberg.
Irena Akselrod (derecha), madre de la menor (medio) que es hija del soldado enmarcado detrás, German Rozhkov, muerto en batalla. Foto: composición LR/referencial/Bloomberg.

En Israel hay algunos padres de soldados caídos en batalla que optan por recoger el esperma de sus hijos muertos. La ilusión de este grupo de progenitores es que algún día el semen guardado pueda servir para engendrar a un descendiente. Así, buscan presionar su derecho a ser futuros abuelos, según informa Bloomberg.

Críticos de esta práctica la califican como “orfandad planificada“, pero, aún así, ya ha sido “probada y aprobada”. Según el medio estadounidense, ya han nacido unas cuantas docenas de niños de esta manera.

Proyecto de ley de continuidad aprobado

En marzo de 2022, el parlamento israelí dio el visto bueno a una legislación preliminar que apoya el proyecto de ley de continuidad. El legislador y promotor del documento, Zvi Hauser, le dijo a Bloomberg que “puede que con el tiempo lo ampliemos al resto de la sociedad, pero estamos empezando con los militares“.

Sobre los métodos de la medida, Hauser declaró: “(...) Cogemos a personas de 18 a 21 años y les decimos: ‘Tienes que servir a tu país por ley. Si te pasa algo, nos ocupamos de ti, y si mueres, nos ocupamos de tus padres e hijos’”.

Crítica a la “orfandad planificada”

Quienes se oponen al proyecto de ley de continuidad consideran que la práctica tiene serios problemas. El principal es, como dice Gil Siegal, director del Centro de Derecho Médico, Bioética y Política Sanitaria del Colegio Académico Ono de Israel, en entrevista con Bloomberg, el estado de “orfandad planificada“ en el que nacería un niño.

El argumento se refuerza con la consideración de Siegal sobre que un infante merece criarse con ambos padres vivos. ”Cuando se recupera el esperma de un muerto, se intenta restaurar algo perdido en circunstancias trágicas. Es como erigir un monumento vivo”, agregó.