‘’Fenómeno regional por las reivindicaciones populares’’: análisis de la convulsión social en Sudamérica [FOTOS Y VIDEOS]
Las manifestaciones en países como Ecuador, Bolivia y Chile reflejan el nivel de compromiso por parte de la ciudadanía para enderezar el rumbo de un gobierno, a pesar de que no correspondan al mismo tinte político. La República conversó con abanderados en el tema para ilustrar las consecuencias de las protestas.
Sudamérica atraviesa un periodo tenso debido a la inestabilidad política de algunos gobiernos que se han visto arrinconados por la indignación social.
Sumada a la crisis en Venezuela, países como Ecuador, Bolivia y Chile, entraron al ojo de la tormenta por las pugnas entre las fuerzas del orden estatales y la ciudadanía.
Ecuador: rechazo colectivo al sistema neoliberal
La crisis social en Ecuador vivida a inicios de octubre tras las medidas económicas impulsadas por el presidente Lenin Moreno, como el alza a los precios de los combustibles, dejaron 8 personas muertas según la Defensoría del Pueblo.
‘’Fue un panorama de mayor convulsión social y un hecho histórico que desembocó en una negociación ‘inédita’ en la región: el Estado y los líderes indígenas llegaron a un acuerdo para ponerle fin a las protestas’’, explica Fabián Espinosa, director académico de políticas y lenguas de SIT Study Abroad en Ecuador.
Para el especialista, la derogación del decreto ejecutivo 883 al finalizar las conversaciones entre Moreno y las autoridades comuneras, frenó un estallido que implicaba ‘’graves daños a la economía popular’’.
En cuanto al papel de la juventud durante las protestas en Ecuador, la labor de los universitarios se llevó varios reconocimientos de la opinión pública, pese a las agresiones por parte de los agentes del gobierno.
‘’Fue interesante, especialmente porque los estudiantes de medicina formaban escudos humanos para atender a los manifestantes heridos. Enfrentaron niveles altísimos de represión, e incluso algunas universidades ofrecieron refugio’’, añade Espinosa.
Sumado al rol de los movimientos indígenas, grupos de mujeres y organizaciones civiles como los ambientalistas, la crisis social en Ecuador movilizó – como en los otros ejemplos – a gran parte de la población sin distinguir el tinte político.
‘’Corresponde a un fenómeno regional por las reivindicaciones populares. Como en Chile, donde también rechazaron los ajustes neoliberales’’, puntualiza.
Asimismo, Espinosa resalta que ‘’las élites nacionales en reacción al progresismo intentan retomar el poder’’, considerando lo que atraviesa Bolivia, movida por el fundamentalismo religioso cristiano tras un mandato indígena.
Crisis en Bolivia: una atmósfera de inconstitucionalidad
Tras las elecciones del 20 de octubre, en donde Evo Morales fue anunciado como ganador ante el opositor Carlos Mesa, miles de bolivianos salieron a las calles a exigir nuevos comicios porque creían que se había incurrido en fraude.
Semanas después, en medio de los enfrentamientos entre simpatizantes el mandatario y sus detractores, una auditoría de la OEA determinó que el proceso electoral estuvo teñido por irregularidades: desde firmas de personas muertas hasta un pésimo programa para el conteo de sufragios.
‘’Evo Morales creó una atmósfera de inconstitucionalidad que luego de las elecciones le pasó factura’’, afirma la socióloga y escritora Irma del Águila.
Ello impulsó a que los bolivianos tomen una postura radical contra la autoridad altiplánica. ‘’Tal es el caso de la irrupción de Luis Fernando Camacho en Santa Cruz, que tomó protagonismo al pronunciarse con una biblia en mano y la quema de wiphalas’’, añade la académica.
El sector juvenil integró las masivas movilizaciones que exigían la salida de Evo y según el periodista local Ángel Arias, ‘’algunos eran financiados por líderes políticos que buscan posicionarse como alternativa en futuras elecciones’’.
‘’La idea del presidente indígena que manda a la gente a enfrentarse con aquellos que piden el respeto del voto, no cuaja en el imaginario del sector progresista en Latinoamérica’’, apunta Del Águila, quien también considera que los militares el darle la espalda a Morales incurrieron en un pronunciamiento golpista.
Otro punto de quiebre en las protestas en Bolivia es el resentimiento social pregonada por el exmandatario Morales, quien acusó de racistas a Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, sumado a los tuits de la actual mandataria interina Jeanine Áñez, donde sataniza la cultura indígena.
A la fecha, 23 personas perdieron la vida durante los enfrentamientos en Bolivia entre partidarios del Movimiento al Socialismo de Evo Morales y quienes lo acusan de no respetar la democracia, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Es menester recordar que hace unos días, en Cochabamba grupos de cocaleros airaban símbolos indígenas y expresaban su rechazo a la gestión de Áñez al grito de ‘’guerra civil’’.
‘’En Bolivia se habla de golpe, pero hay más resistencia de la izquierda en aceptar que hubo fraude’’, señala Irma del Águila.
Protestas en Chile buscan modificar la Constitución
Desde la caída de la dictadura de Augusto Pinochet, Chile no vivía una crisis social de gran magnitud. Las movilizaciones en varios puntos del país sureño demostraron el compromiso por parte de la ciudadanía (integrada por miles de jóvenes, tanto universitarios como colegiales) para demostrar su inconformidad.
‘’La ciudadanía chilena considera que la actual Constitución es la madre del cordero de todos los males debido a que fue establecida durante el régimen de Pinochet’’, enfatiza el estudiante chileno Juan Pablo Carvajal Macaya.
Cabe resaltar que la Carta Magna del país vecino no tiene la aprobación de los manifestantes, quienes exigen una nueva debido a que atenta contra la democracia. Aunque en 2005, durante el gobierno de Ricardo Lagos, reformaron algunos puntos en donde se puso fin a los senadores designados por las Fuerzas Armadas o Corte Suprema.
Otro problema que demanda el rechazo de los chilenos es el desfalco, recaudación y repartición de los fondos cotizados de las AFP, debido a que las empresas no brindan un servicio transparente.
Estas circunstancias afectan a millones de chilenos debido a que el costo de vida es alto, y no siempre se pueden cubrir las necesidades básicas.
Sumado a la desigualdad en la repartición de pensiones que reciben los jubilados de las Fuerzas Armadas y a los ciudadanos comunes: 627 mil pesos contra 173 mil al mes, recoge la radio UChile.
A la fecha, las protestas en Chile dejaron al menos 22 personas muertas, aproximadamente 5 mil detenidos y 2 mil heridos, dentro de ellos, varios jóvenes reprimidos por los agentes estatales.
Como en el caso de Gustavo Gatica, un universitario que terminó con daño ocular severo por los balines de goma que le disparó un uniformado.
‘’Regalé mis ojos para que la gente despierte’’, expresó Gustavo según un reportaje de The Clinic.