Con las conversaciones estancadas en La Habana, el gobierno de Juan Manuel Santos inició esta semana un nuevo proceso de pacificación, ahora con el ELN. La expectativa de los colombianos es baja ante la repetición de errores cometidos con las FARC. , Hace más de tres años, el gobierno colombiano eligió un país al norte, Cuba, para iniciar unas negociaciones que apuntaban a conseguir la firma de un acuerdo de paz definitivo con la guerrilla de las FARC. No era el primer proceso iniciado con ese fin, pero la población colombiana confía que será el último. Con este diálogo entrampado, el régimen de Juan Manuel Santos anunció esta semana uno nuevo, esta vez en un país al sur: Ecuador. El gobierno colombiano busca llegar a un acuerdo de paz con el ELN (Ejército de Liberación Nacional). No se han dado vivas luego del anuncio hecho el miércoles último. La confianza y expectativa de los colombianos, después de una serie de procesos de paz abortados, es baja. Más aún cuando durante meses se había anunciado para el 23 de marzo de este año una supuesta firma del acuerdo con las FARC. Esto, como se sabe, no ocurrió. Aunque hace varias semanas se sabía que las conversaciones en Cuba no estaban avanzando al ritmo necesario para cumplir la meta, al menos se esperaba para el 23 de marzo un acuerdo definitivo de cese al fuego. Ni eso pasó. Este lunes el propio Santos admitió que el tema que entrampaba las conversaciones era el del desarme. "El gobierno exige una fecha fija, precisa y clara para que termine el proceso de desarme", dijo Santos en un mensaje desde la presidencia de La Casa de Nariño, junto a sus representantes en las negociaciones de Cuba. Un comunicado conjunto entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia emitido el 23 de setiembre pasado en La Habana, decía que la dejación de armas (el desarme) "deberá comenzar a más tardar a los 60 días luego de la firma del Acuerdo Final", pero no se marcó un plazo para la finalización de ese proceso. Se repite el error El flamante proceso de paz anunciado esta semana con las fuerzas del ELN ha sido criticado desde su anuncio, precisamente por nacer con el mismo error que estanca hoy las conversaciones en La Habana. Una vez más, el gobierno de Colombia no ha exigido que se incluya una fecha límite como plazo para llegar a la firma de un acuerdo de paz. Otro punto álgido es el hecho de que los anuncios no hayan incluido ningún tipo de precisión sobre lo que pasará con las personas que actualmente se encuentran secuestradas por el ELN, un grupo que financia sus actividades con el cobro de rescates. Palabras más fuertes llegaron del procurador General de Colombia, Alejandro Ordóñez Maldonado, quien señaló que se está incurriendo en los mismos errores que se han presentado en el proceso de paz con las FARC: iniciar un proceso sin fecha de terminación, sin plazos, sin exigirles que entreguen a todos los secuestrados, sin exigirles que no incurran nuevamente en atentar contra los derechos de los ciudadanos, sin exigirles la entrega de armas. "Todos los colombianos queremos que eso tenga un buen término pero es indudable si no se ponen condiciones mínimas vamos a entrar en una dinámica interminable y la opinión pública está hastiada y le exige al Gobierno no sumar frustración tras frustración", dijo Ordóñez Maldonado. El procurador General también cuestionó que se haya calificado como "un gesto de buena voluntad" el hecho que se dejará en libertad al asesor de la Gobernación de Norte de Santander, Ramón Cabrales, cuando su familia tuvo que pagar una alta suma de dinero por su liberación. Adicionalmente, el jueves se conoció un informe de la Unidad de Análisis y Contexto de la Fiscalía General de Colombia, que indica que el ELN habría tenido participación y responsabilidad en 4.894 secuestros en los últimos 40 años. A la fecha, se estima que al menos tres personas están retenidas por el ELN. Quizá la confianza de los colombianos haya caído aún más cuando el propio jefe del equipo negociador con el ELN, Frank Pearl, admitió que el Ejecutivo no sabe "exactamente" cuántos secuestrados mantiene el grupo armado. Difícil panorama con el que se inicia el nuevo proceso.