Economía

Inflación histórica, otra piedra en el zapato de Pedro Castillo

Disparada de precios. El costo de bienes y servicios en el Perú alcanzó niveles no vistos en casi tres décadas. Según especialistas, la actual gestión no ha tenido la muñeca acertada para contener la crisis global. Se espera que en el mensaje presidencial del 28 de julio se den más detalles del Bono Alimentario.

Inflación en abril del 2022 se elevaría a 7,4%. Foto: Andina
Inflación en abril del 2022 se elevaría a 7,4%. Foto: Andina

El presidente Pedro Castillo asumió su cargo cuando la inflación anualizada se encontraba en 3,81%; para ese entonces, nuestro país iba alejándose paulatinamente del rango meta del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) —dentro del 1 y 3%— a raíz del repunte de los precios de bienes importados y la depreciación del sol frente al dólar —explicada en parte por la turbulenta inestabilidad política que antecedió la llegada del profesor cajamarquino a Palacio—.

Un año después, la inflación llegó a un pico de 8,81%, su nivel más alto desde 1997, agudizada por el alza de los combustibles debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, hecho que repercutió en los costos del maíz, trigo, fertilizantes y fletes aduaneros, poniendo contra las cuerdas a la producción global y nacional.

Lento retroceso

No obstante, Juan José Marthans, director del área de Economía PAD-Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, explica que si bien algunos precios de estos commodities han comenzado a retraerse no significa ello que todo se estabilice en un santiamén ya que los factores detrás del proceso inflacionario no se esfumarán por completo, motivo por el cual los bancos centrales —capitaneados por la Fed de Estados Unidos— han tenido que expandir sus tasas de interés para sostener la economía.

“Se van a diluir algunos precios internacionales como el petróleo, pero no bastará para regresar al rango inflacionario. Vamos a tener que enfrentar la carga recesiva de lo que compromete el ajuste de la tasa de interés (…) Tendremos, inevitablemente, un ritmo inflacionario acompañando al globo y al Perú con una desaceleración significativa en dinámica de expansión del PBI, es decir, un peligro potencial de crisis estanflacionaria que complicaría las cosas”, señala para La República.

Inflación hasta el 2024

Diversas entidades especializadas proyectan que la inflación en el Perú retornará a su caudal habitual recién para el 2024, superando incluso la lectura del BCRP, que espera el indicador oscile entre 1 y 3% para el tercer trimestre de 2023.

Por ejemplo, para el BBVA Research, el retroceso de la tasa interanual sería “relativamente lenta” por el riesgo de elevarse las expectativas inflacionarias, las cuales impactarían durante el segundo semestre y el siguiente año a los precios de los alimentos producidos en el país ya que los agricultores tienen dificultades para contar con fertilizantes.

En ese sentido, Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, sostiene que es poco probable cerrar el 2023 con la inflación por debajo del 3% aunque tampoco distaría tanto de este nivel. “Veremos una desaceleración lenta de la inflación, pero lo peor, la ola más fuerte del ritmo de subida de los precios, parece que si no ha terminado ya, está pronto por terminarse”, refirió.

Un panorama similar dibujó el presidente del BCRP, Julio Velarde, quien prevé que el pico de la inflación se dará en julio.

Medidas sin focalización

Odar enfatiza que las acciones del Gobierno para atender la inflación no han sido acertadas ya que debió apostarse en un principio, por ejemplo, ante el alza del precio de alimentos, por un bono focalizado; medida que recién la gestión de Castillo emprenderá tras no prosperar la exoneración del Impuesto General a las Ventas (IGV), así como la del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) en algunos combustibles, que apenas los contuvo temporalmente mas no frenó la tendencia alcista.

Finalmente, para Marthans existe una asimetría entre la lucha contra la inflación gestada por el BCRP y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), dado que el ente emisor no se desbocó a la hora de ajustar las tasas de interés de referencia porque se podría dañar la dinámica productiva si no actuaba con prudencia.

“Era un hecho que no iban a estar bien calibradas. Reducir el IGV para ciertos productos en un país donde el comercio y la producción es 80% informal no iba a resultar. Se debió focalizar las medidas para que programas como Pensión 65 o las ollas comunes amplíen su espectro de alcance. Eso era más importante”, concluye.

Reacciones

Juan José Marthans, director Economía PAD de Piura

“Se van a diluir algunos precios internacionales, pero no bastará para regresar al rango inflacionario. Vamos a tener que enfrentar la carga recesiva de lo que compromete el ajuste de la tasa de interés”.

Juan Carlos Odar, director Phase Consultores

“Veremos una desaceleración lenta del ritmo de la inflación, pero lo peor, la ola más fuerte del ritmo de subida de los precios parece que si no ha terminado ya, está pronto por terminarse”.

Bono Alimentario, la gran apuesta

De cara al mensaje presidencial de 28 de julio, se espera que Pedro Castillo brinde más detalles del Bono Alimentario, una medida que lleva aproximadamente un mes en el tintero y que, según lo anunciado por el titular del MEF, Óscar Graham, permitirá ayudar a los peruanos más vulnerables durante la crisis alimentaria.

El funcionario ha dejando entrever que el subsidio será focalizado —a diferencia de los ya entregados durante la pandemia—, y su valor ascendería a S/ 300.

El universo total de beneficiarios del nuevo bono comprende a 1,5 millones de ciudadanos pertenecientes a los programas sociales del Estado, junto a los empadronados que viene recogiendo el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).

Inflación

Infografía La República

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Infografía La República