Estos 6 distritos de Lima enfrentarán las peores condiciones para vivir o alquilar antes de 2028, según estudio de una universidad peruana

La capital peruana se encuentra en el centro de una problemática que impactará severamente a sus ciudadanos en los próximos años. Un reciente estudio elaborado por la Universidad Autónoma del Perú, en colaboración con datos oficiales del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), advierte que seis distritos de Lima enfrentarán condiciones críticas para habitar debido al déficit habitacional y la expansión desordenada de la ciudad.

De acuerdo con el informe, 469.000 viviendas serán necesarias para cubrir la creciente demanda en la región Lima-Callao hacia el año 2028. Este panorama refleja los efectos de un desarrollo urbano mal planificado que no logra responder a las necesidades básicas de la población. Los distritos en las zonas externas de Lima, ya afectados por la precariedad en servicios e infraestructura, encabezan la lista de zonas más golpeadas por esta crisis.

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¿Cuáles son los 6 distritos de Lima más afectados por la crisis habitacional?

Según el estudio titulado “Expansión Urbana en el Perú (2024)”, los distritos de San Juan de Lurigancho, Villa María del Triunfo, Ate, Lurigancho-Chosica, Puente Piedra y Comas concentrarán los mayores problemas de habitabilidad en los próximos años. Estas zonas, caracterizadas por una elevada densidad poblacional y la carencia de servicios básicos, ya enfrentan una situación de vulnerabilidad que podría agravarse considerablemente.

San Juan de Lurigancho, el distrito más poblado de Lima, lidera esta lista con un déficit estimado de casi 7.000 viviendas. En tanto, zonas como Villa María del Triunfo y Ate también verán incrementos significativos en su brecha habitacional, mientras que Lurigancho-Chosica, Puente Piedra y Comas consolidan un panorama de precariedad en la periferia.

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El crecimiento urbano desordenado y la falta de políticas de planificación han sido señalados como los principales detonantes de esta crisis. Según José Ponce, director de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma del Perú y autor del análisis, la ausencia de una estrategia integral de desarrollo urbano ha generado un desbalance entre la oferta y la demanda de viviendas en Lima.

Impactos del déficit habitacional en Lima

El déficit habitacional no solo implica la falta de viviendas. Sus consecuencias abarcan problemas sociales, económicos y ambientales que afectan directamente la calidad de vida de los ciudadanos.

1. Expansión de asentamientos informales: Ante la imposibilidad de acceder a viviendas formales, muchas familias recurren a asentamientos informales, donde las condiciones son extremadamente precarias. Estas zonas carecen de acceso a servicios básicos como agua potable, energía eléctrica y desagüe, lo que incrementa los riesgos de enfermedades y empeora la salubridad general.
2. Aislamiento y falta de conectividad: La expansión horizontal hacia las periferias genera dificultades para conectar estos distritos con el resto de la ciudad. La carencia de transporte eficiente y accesible limita las oportunidades laborales, educativas y de acceso a servicios de salud. Además, los elevados costos de movilidad incrementan la desigualdad económica.
3. Incremento en los costos de servicios públicos: La dispersión desordenada de la ciudad aumenta los gastos necesarios para proveer servicios públicos como agua, alcantarillado y transporte a las zonas más alejadas. Esto afecta tanto a las autoridades como a los residentes, que deben enfrentar tarifas más altas.
4. Impacto en la calidad de vida: La falta de una vivienda adecuada y la ausencia de servicios básicos perpetúan un círculo de pobreza que impide a las familias mejorar su situación. Este déficit habitacional no solo es un problema material, sino también social, que agudiza las desigualdades ya existentes.

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Soluciones propuestas para enfrentar la crisis

Según el análisis del informe de José Ponce, resolver el déficit habitacional en Lima requiere un enfoque integral que combine inversión pública, participación privada y el desarrollo de políticas sostenibles a largo plazo.

1. Fomentar la vivienda social: Priorizar proyectos en zonas estratégicas, acompañados de mejoras en servicios básicos como agua, electricidad y transporte.
2. Promover la densificación urbana: Fomentar la construcción vertical para optimizar el uso del suelo y reducir costos, dejando atrás la expansión horizontal.
3. Regulación y control de asentamientos informales: Reforzar normativas para prevenir ocupaciones irregulares y mejorar las condiciones en áreas ya ocupadas, asegurando acceso a servicios esenciales.
4. Coordinación interinstitucional: Impulsar el trabajo conjunto entre gobiernos, sector privado y ciudadanía para implementar soluciones sostenibles.