La fiesta de las cruces, cuya fecha jubilar se conmemora cada 3 de mayo, es una de las festividades religiosas más importantes en la región Puno. Sin embargo, ante la emergencia sanitaria por el COVID-19, se redujo a recorridos procesionales sin feligreses, como es el caso de la provincia de Huancané.
Esta festividad, solo en Huancané se desarrollaba desde semanas atrás de la fecha central y días posteriores con las octavas y cacharparis. Era una de las conmemoraciones religiosas ancestrales más grandes y representativas de la región, donde el sicuri tenía gran protagonismo.
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La celebración era matizada con la feria de las Alasitas, pero esta tampoco se realizó por representar riesgo de contagio por la aglomeración de personas. Esa fue la disposición de las diferentes municipalidades donde se desarrolla esta actividad.
Sin embargo, ante la fuerza que tienen las tradiciones en el altiplano puneño, las autoridades eclesiásticas de Huancané y otras localidades realizaron un recorrido procesional con la Santísima Cruz de Mayo, por las principales calles de Huancané.
Miembros del Ejército, la Policía y las rondas campesinas acompañaron la sagrada imagen, evitando que el resto de ciudadanos se acerquen a ella. Cabe señalar que, en esta fiesta, más de 20 cruces y sus respectivos alferados, solían participar de esta advocación cristiana.
En el distrito de Nuñoa, provincia de Melgar, también se cumplió una actividad similar. En esta localidad se conmemoró a la Virgen del Pilar, patrona de esta ciudad que colinda con la región Cusco.
Virgen del Pilar también salió en procesión en provincia de Melgar.