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Opinión

La toma de San Marcos

Un proceso electoral sumamente cuestionado moviliza a los estudiantes de esa casa de estudios.

larepublica.pe
EDITORIAL

La más importante universidad pública del país, la prestigiosa e histórica Universidad Nacional Mayor de San Marcos, nuevamente escribe páginas de lucha y rebeldía contra un régimen interno que está afectando la actividad propia de ese centro de estudios.

La elección de decanos y autoridades de las facultades que conforman la institución ha sido objeto de manipulación desde el actual rectorado, encabezado por Jeri Ramón, quien ha modificado los estatutos para eliminar la oposición interna, tanto de alumnos como de profesores. Bajo su responsabilidad, se ha establecido un comité electoral que ha dejado fuera de la competencia a quienes no comulgan con una gestión que ha tenido serios encontronazos con la vigencia de los valores democráticos y la institucionalidad.

Los candidatos fueron eliminados de las listas sin otro motivo que su abierta discrepancia de la conducción de la universidad. Prestigiosos intelectuales como la directora de la Ciudad Sagrada de Caral, la arqueóloga Ruth Shady, por ejemplo, no podrán participar en el proceso por tachas presentadas por su principal contendor vinculado a Jeri Ramón y admitidas por el comité electoral, que no se considera imparcial.

Ante ello, los estudiantes tomaron ayer las instalaciones de la universidad en demanda de la anulación del proceso electoral, envuelto en tanta controversia.

Hasta la presencia de la ONPE hoy no está aún garantizada. La entidad que debía supervisar el proceso ha señalado que ante cualquier irregularidad pueden apartarse de su labor, incluso en el transcurso de la jornada electoral.

La polémica no ayuda al retorno de la tranquilidad al recinto universitario. Se trata de garantizar transparencia y respetar las reglas de juego democráticas, para que gane quien tenga las mejores condiciones y el mayor respaldo interno. Alentar un proceso electoral para conseguir mantenerse en el puesto nos recuerda una votación a lo Maduro y un pésimo ejemplo para los miles de estudiantes sanmarquinos. Ojalá no se vicie aún más el proceso con empleo de violencia y represión.