En el país, la educación se ha convertido en un tema de agenda pública. Eso es bueno y debemos hacer todo lo posible para mantener este imprescindible tema siempre vigente. Pero también esta buena noticia nos desafía a ser más exigentes con la discusión y a estar más atentos con las propuestas, en este contexto electoral. Ya no es suficiente escuchar que la educación es importante, que se necesita más presupuesto o que estudiar produce en sí mejores personas. Necesitamos avanzar un paso más si de verdad queremos que la educación participe efectivamente en la transformación del país.Necesitamos, por ejemplo, preguntarles a Fujimori y Kuczynski ¿cómo van a atender las desigualdades educativas? ¿Cómo van a cerrar las brechas entre lo urbano y lo rural, entre lo urbano pobre y el rico, entre lo público y lo privado, entre lo privado pobre y lo público pobre? ¿Cómo van a atender las desigualdades intrarregionales, las que existen entre la selva rural y la costa urbana, las que existen entre niños indígenas y no indígenas, entre las jóvenes mujeres indígenas y las no indígenas? ¿Cómo van a solucionar la brecha entre los logros de la primaria y el fracaso de la secundaria, entre las “buenas” notas de segundo grado en comprensión lectora y las “malas” en formación ciudadana y democracia? ¿Cómo van a solucionar que una educación superior de mínima calidad debiera existir independientemente del dinero que se tenga para pagarla?Con desigualdades educativas no hay posibilidad de desarrollo ni de democracia. Atentos.(*) Director general - Instituto de Estudios Peruanos (IEP).