Muestra. En Suecia existe una hermosa casona del siglo XVIII que guarda tesoros que no solo se traducen en objetos, sino en historias aleccionadoras.,Todos los años, grandes figuras de la economía, las ciencias y las letras se dan cita en Estocolmo para recibir uno de los galardones más importantes del mundo moderno, el Premio Nobel. Un reconocimiento al esfuerzo y las ideas que buscan cambiar el mundo. PUEDES VER: Premios Nobel 2016: entregan galardones sin presencia de Bob Dylan El legado de estos personajes se exhibe en el museo que lleva el mismo nombre, el cual se encuentra en la ciudad vieja de la capital sueca. Gustav Kallstrand es el curador principal y nos explica que el objetivo del lugar es inspirar a personas a pensar en grande. “Lo que hacemos aquí es contar historias sobre las personas que han cambiado el mundo, que han sido creativas y tuvieron ideas positivas (…) que no son tan diferentes a nosotros, solo han sido capaces de trabajar más duro y encontraron algo con lo qué apasionarse”, comenta, mientras nos invita a acompañarlo. El recorrido inicia en un hall circular con seis pantallas que brindan una presentación interactiva de cada uno de los laureados del 2016. Ahí encontramos a Bob Dylan, Nobel de Literatura con su icónico sombrero. “Por haber creado nuevas expresiones poéticas de la mano de la gran tradición musical americana”, reza la breve descripción que acompaña la ilustración de su rostro. “Bob Dylan ya es un Nobel, así no reciba la medalla”, nos dice Kallstrand. Lo cierto es que el músico estadounidense no asistió a la ceremonia, pero envió su discurso oficial y su amiga, una nerviosa, pero grande Patti Smith, interpretó una canción suya. Gustav nos invita a mirar hacia arriba y podemos ver una hilera de láminas que recorren el techo a través de una estructura metálica, cada una con las fotografías de los más de 900 premios Nobel que hay desde 1901. Íbamos a esperar a que aparezca la foto de Mario Vargas Llosa, nuestro Nobel peruano, pero nos advierte que podrían pasar horas hasta que podamos verlo. Nuestro guía se emociona al llegar al espacio dedicado a los objetos que los laureados obsequian al museo. Algún elemento que haya tenido relevancia durante su proceso creativo. Ahí encontramos al pequeño hipopótamo de madera que Vargas Llosa donó y que formaba parte de su colección personal. El coraje resumido en un frasco Durante el recorrido, nos llamó la atención un pequeño recipiente de vidrio que se exhibe como obsequio del científico Barry J. Marshall, uno de los ganadores del Nobel de Medicina en el 2005. Gustav explica que Marshall bebió de este frasco una sustancia que contenía la bacteria helicobacter pylori para demostrar que esta era la causante de las úlceras gástricas, pues antes se pensaba que este mal era generado por estrés. “Cuando yo le cuento esta historia a los niños, algunos me dicen que fue tonto arriesgar así su salud; sin embargo, debemos destacar el coraje y la persistencia que tuvo Marshall para demostrar su hipótesis, la cual era descartada por sus demás colegas”, explica. Cada objeto exhibido en este museo tiene una historia detrás, como la del microscopio obsequiado por Randy Schekman, ganador del Nobel de Medicina en el 2013. “Cuando él era joven era muy curioso y estaba ahorrando para comprarse un microscopio. Un día vio que sus padres tomaban parte de sus ahorros y los denunció a la policía. Cuando las autoridades llegaron a su casa, obligaron a los padres a comprarle un microscopio, de esa manera el joven Randy no tuvo que esperar mucho para obtenerlo”, dice Gustav. Tradiciones modernas Antes de retirarnos vemos que algunas sillas de la elegante cafetería del museo, colocadas patas arriba sobre una mesa, exhiben las firmas de algunos ganadores del Nobel que comieron ahí. Gustav nos explica que esta costumbre se practica desde el año 2000 y ya es parte de la tradición. Al despedirnos del curador, nos quedamos con más de 900 razones para creer que si somos constantes y creativos podremos conseguir lo que queramos. Datos El museo fue inaugurado en el 2001. Cada año recibe a más de 2000 personas, la mayoría extranjeros. Tiene exhibiciones temporales y una muestra dedicada a Alfred Nobel.