El congresista Humberto Morales se suma a este recuento si recordamos lo que dijo: “las mujeres después de ser chismosas son mentirosas”.,A pesar de la decepción que nos traen ciertos personajes del nuevo gabinete de Vizcarra como Néstor Popolizio en Relaciones Exteriores (en su momento, acusado de haber trasladado US$ 451,343 desde el fenecido Servicio Nacional de Inteligencia a la sede de la Cancillería) o Salvador Heresi en Justicia y Derechos Humanos (ex secretario general en el Callao con Alex Kouri y ex funcionario durante la gestión de Félix Moreno), quisiera plantear que no perdamos la vista de lo que sucede en el Congreso. Fuera del penoso blindaje a la congresista fujimorista Yesenia Ponce por voto dirimente en la comisión de ética -que de ética tiene cero- me quisiera detener en la situación que atraviesa una de las bancadas de izquierda en particular: el Frente Amplio (FA). Más allá de la división de la izquierda en el Frente Amplio de Marco Arana y el Nuevo Perú de Verónica Mendoza, lo que creo que podría encausar el proceso de este importante grupo político es una “depuración”. Paso a explicarme. No son recientes las acusaciones que pesan contra congresistas del FA, algunos incluso sentenciados que gozan de inmunidad parlamentaria. Va un repaso rápido de los integrantes de este grupo: El congresista Rogelio Tucto cuenta con orden de captura por parte del Juzgado Provincial de Pachitea por no presentarse en cuatro oportunidades al juicio que se le sigue por el delito de falsedad ideológica. Precisamente Tucto acaba de generar otra penosa polémica diciendo que Abimael Guzmán debería ser liberado…así como lo leen. Está también Zacarías Lapa, sentenciado a cuatro años, ocho meses y un día de prisión por el delito de negociación incompatible y aprovechamiento indebido del cargo. Le sigue el congresista Edilberto Curro, investigado por el presunto delito contra la fe pública por haber mentido sobre su educación. Él estudió en Puno…viviendo en Lima. La lista continúa. El congresista Jorge Castro -que llegó al Congreso con una sentencia por injuria- ha votado más de una vez en contra de la agenda progresista que lo llevó a su curul. Castro votó a favor de que el fujimorista Víctor Albrecht presidiera en un comienzo la Comisión Lavajato, aunque éste tuviera que renunciar luego por sus vínculos con Félix Moreno. Posteriormente, Castro no votó para destituir a la señora Rosa Bartra -posterior presidenta de dicha comisión- a pesar del claro conflicto de interés que aún mantiene. El congresista Humberto Morales se suma a este recuento si recordamos lo que dijo: “las mujeres después de ser chismosas son mentirosas”. Morales no obtuvo sanción alguna, al parecer, ni al interior de su propia bancada. Estos son “solo” 5 de los 10 integrantes de la bancada del Frente Amplio. Creo que, sin querer queriendo, esta división puede haber sido una depuración para la izquierda del Nuevo Perú, de personajes que la política no necesita. Ojalá los electores bien informados, en la siguiente elección, así lo vean.