Morote es a la fecha la figura que más ha alentado a quienes temen una reconstrucción militar de SL a partir de sus cuadros liberados.,La orden judicial de que no se siga alargando la prisión del senderista Osmán Morote debería ponerlo en la calle, alojado con familiares, dentro de pocos días. Esto es significativo, y dará que hablar. Pues se tratará del cuadro más importante de Sendero Luminoso que cumple su carcelería (unos 30 años por dos condenas sucesivas) y queda en libertad. En una entrevista que dio el año pasado a Caretas Morote aparece claramente ubicado dentro de una versión algo moderada del lenguaje senderista, usando términos como “la reacción” y “las masas”, reivindicando la propuesta partidaria de un acuerdo de paz, defendiendo al Movadef, y criticando a los violentistas del VRAEM, a los que considera radicalmente equivocados y llama “mercenarios errantes”. Morote es a la fecha la figura que más ha alentado a quienes temen una reconstrucción militar de SL a partir de sus cuadros liberados. SL ha intentado reconstituirse desde el primer día de su derrota. El Movadef y otras formas de activismo son claros ejemplos de ello. Pero tantos decenios después la parte militar en esta idea de un retorno es complicada. La distancia de las columnas del VRAEM es sintomática. Las condiciones de este temprano siglo XXI no son las de los dos últimos decenios del siglo pasado. Las largas condenas de los cuadros excarcelados no dejarán de tener efecto. Los esfuerzos del partido siguen enfocados en obtener la liberación de su fundador Abimael Guzmán, que a los 83 años cumple una sentencia de cadena perpetua. El Movadef, concebido como el instrumento de la liberación de Guzmán, no se ha distanciado de la imagen de SL lo suficiente como para que se le permita participar en elecciones. Lo cual no frena a SL sino que lo mantiene en los bordes de la política, sin real necesidad de repensar las cosas y confrontarse con la opinión electoral de las masas. En la mencionada entrevista Morote menciona entre sus planes "Estudiar las cosas nuevas. Resolver las situaciones personales. Retomar vínculos con familiares y amigos, y con mi universidad, la de Huamanga, buscando concluir tareas pendientes". Su tono en ese momento no fue precisamente el de una proclama, sino una visión del mundo exterior todavía desde la cárcel.