La disposición de Kenji Fujimori a contarlo todo sobre Fuerza Popular ha empezado a materializarse con su comentario acerca de un reparto de obras en la comisión de Presupuesto,La disposición de Kenji Fujimori a contarlo todo sobre Fuerza Popular ha empezado a materializarse con su comentario acerca de un reparto de obras en la comisión de Presupuesto. La frase según la cual demostrará quiénes son los corruptos en FP da a entender que sabe mucho más de lo que ha soltado. Quizás recién estamos viendo botones de muestra de algo más importante. A lo largo de su conflicto con FP Kenji Fujimori ha ido soltando acusaciones más o menos veladas sobre variados temas. Aquel comentario sobre que no se debe llevar narcotraficantes a casa, soltado al paso hace ya buen tiempo, paró muchas orejas, pero se perdió por entre el ruido político de ese momento. Después vino Odebrecht que distrajo de todo. La operación Mamani (un clásico del modelo infiltración-grabación-acusación) dejó maltrecho al hermano disidente. Derrocó a su principal aliado. Arrinconó a sus seguidores en el Congreso. Lo metió de lleno en las filas de la corrupción. Deslució la formación de su nuevo partido. Ahora amenaza con desaforarlo y someterlo a la justicia. El golpe no podía haber sido más contundente. Pero Kenji Fujimori ha mostrado capacidad de respuesta. Ha presentado argumentos de autoexculpación en un discurso elocuente. Se ha constituido en un acusador que ofrece a la justicia no medir, tampoco él, los golpes. Es evidente que está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias en la guerra familiar que los keikovideos han escalado. ¿Puede recuperarse? Es temprano para saberlo, pero aun si lo logra, le va a tomar considerable tiempo. Pues el clima político ha cambiado, y un incendiario de la pradera tendrá que presentar argumentos más convincentes que antes. Ya no hay Alberto Fujimori que excarcelar o Pedro Pablo Kuczynski que salvar. La reorganización de FP ya está fuera de su alcance. Le quedan, quizás, los efectos publicitarios de sus destapes. Kenji Fujimori no tenía realmente aliados, pero sí enemigos de sus enemigos. El antifujimorismo siguió la primera parte de su peripecia con genuino interés e interesado entusiasmo, pero ahora la empiezan a considerar más parte de una saga dinástica. Además el gremio político querrá tomar distancia de todo lo que recuerde al tóxico primer trimestre del 2018.