El Presidente viene embarrándose en sus propios enredos, aunque siempre teniendo muy claro cuál es su negocio durante todos estos años.,Este jueves el Presidente se juega el todo por el todo. El Perú no será un mejor país si lo vacan, pero si no lo vacan, se puede volver a plantear una moción en cualquier momento. Todavía le quedarían casi 4 años más para enfrentarse a los ataques. Lo cierto es que la información que se viene revelando le hace poco favor a PPK. La mentira es cada vez más descarada. Kuczynski ya no es visto como el “viejito buena onda” y menos como el “candidato de lujo” que algunos pensaban ver en el poder. El Presidente viene embarrándose en sus propios enredos, aunque siempre teniendo muy claro cuál es su negocio durante todos estos años. Evadir impuestos “legalmente” en los Estados Unidos usando offshores y con la ayuda de miembros de su familia, amortizar la compra de al menos una de sus casas con pagos de Odebrecht, usar a su empresa Westfield -que recibió dinero de Odebrecht- para financiar la campaña de Alianza Por el Gran Cambio con aportes no registrados en la ONPE. Que debatan los abogados sobre la legalidad o no de cada uno de estos actos, mientras tanto, nadie puede negar que a este presidente se le cayó por completo la careta de bonachón (si es que para ustedes alguna vez la tuvo). Ahora bien, viene lo grave: La información que se tiene en las redacciones es que se estaría negociando los votos de la vacancia a cambio de algo más que dinero. Fuera de las acusaciones de los congresistas fujimoristas Héctor Becerril y Milagros Salazar, algunas versiones señalan más bien el supuesto ofrecimiento de favores. Por ejemplo, el licenciamiento de universidades que no necesariamente cumplen con los requisitos de la SUNEDU, que la Asociación Nacional del Agua (ANA) ayude en negocios particulares de parlamentarios dueños de hectáreas en Huaura, incluso facilitar el archivamiento de procesos penales de congresistas con serios cuestionamientos legales y una que otra orden de captura...y es que vaya que varios congresistas también parecen tener rabo de paja. De hecho, ayer martes el congresista Moisés Mamani acusó al congresista del bloque de Kenji Fujimori, Bienvenido Ramírez, de haberle ofrecido obras a favor de su región (Puno) a cambio de su voto el día jueves. Mamani no ha descartado votar en contra de la vacancia y sus recientes declaraciones sólo enrarecen más el clima político. Sería realmente vergonzoso pretender defenderse arropándose como la garantía de la institucionalidad y estabilidad y en forma paralela realizar este tipo de negociados. No solo sería incompatible, sino que nos recordaría exactamente las prácticas de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos. Lo que sí tendremos que observar fijamente mañana son los votos. Sería difícil creer que los que votaron convencidos por vacar a PPK el año pasado terminen oponiéndose o se abstengan en un contexto como este.