Sea lo que sea, dedo arriba o abajo, PPK es desde hace tiempo un homo sacer. Un muerto viviente.,Para la izquierda en el Perú el 21 de diciembre fue un día muy duro. La moción de vacancia la había presentado el Frente Amplio, pero hubo dudas dentro de sus filas, siempre teniendo en consideración la tensión entre denunciar a un presidente con evidentes signos de corrupción y la institucionalidad democrática amenazada por una hegemonía fujimorista desde una mesa directiva del congreso envanecida por un posible efímero supra-poder. En Nuevo Perú sucedió lo propio: escuchamos a un congresista como Manuel Dammert que fustigó a PPK con data y evidencias de conflicto de intereses, pero que finalmente votó de forma colegiada, absteniéndose. Los congresistas del Frente Amplio, a pesar de las discusiones internas, también decidieron votar de forma colegiada a favor de la vacancia. Ese 21 de diciembre, después de escuchar a Alberto Borea y a la hora de apretar la luz, las izquierdas se rompieron por enésima vez en su decisión abstención/vacancia. Personalmente tuve muchas dudas y no olvidaré ese día en que los WhatsApp reventaban. Pensaba que la vacancia abría una caja de Pandora de debilidad democrática. Por un lado, teníamos la información confusa de Westfield y First Capital y una foto de Sepúlveda en el balcón oficial durante la toma de mando, pero a un PPK jurando que él no tenía nada que ver con eso. Por otro lado, teníamos a los congresistas de Fuerza Popular frotándose las manos al mejor estilo del señor Burns de Los Simpson antes de hacer una de sus acostumbradas maldades y la callada presencia de una ex candidata con cierta sonrisita de venganza. No contábamos con la astucia del Benjamín del fujimorismo y su manchita de Advengers ni con la alta traición de un presidente que, a los tres días, emitió un indulto con el único objetivo de salvar su recorrido pellejo. Según una fuente interna, el 21 de diciembre la Premier Mercedes Araoz se trasladó con su equipo al tercer piso del congreso para “coordinar”, léase, ofrecer con presupuesto en mano y asistentes con calculadoras, posibilidades de inversión en las diferentes regiones de los congresistas con dudas. ¿Hará lo propio ahora? La situación hoy es confusa y el número 87 se balancea a un lado y otro peligrosamente. Por eso, que un congresista regrese a su región con un puente, una carretera o un proyecto de inversión minera, son tentaciones grandes para nuestros padrastros de la patria (y para las madrastras). En esta ocasión la izquierda no va a sorprender: los 20 congresistas de ambas bancadas van a votar a favor de la vacancia porque todos están convencidos de la misma, con los nuevos argumentos técnicos, la mayor cantidad de información financiera, las mentiras compulsivas de PPK y la desorientación de un gobierno que, ni siquiera y con todo el apoyo que tuvo en ese momento, pudo liderar la reconstrucción del norte. Pero nada está dicho. Los números que se hacen ahora, como dice Luis Benavente, son espejismos porque todos los amarres y entuertos corren por aguas subterráneas. Sea lo que sea, dedo arriba o abajo, PPK es desde hace tiempo un homo sacer. Un muerto viviente. En buen cristiano: un zombie.