Encuesta Nacional Urbano Rural de GfKPedido. La tendencia se acentúa al interior de país y en el nivel socioeconómico D/E. El 52% piensa que Kuczynski debe tomar la iniciativa y renunciar. Su desaprobación, que ha llegado al 82%, contrasta con la que tenía Ollanta Humala a estas alturas, de solo 39%.,El 3 de febrero pasado, el presidente Pedro Pablo Kuczynski dijo que detrás de la idea de vacarlo había “un grupo de izquierda”. “Aquí lo que está pasando es un esfuerzo de hacer una revolución de extrema izquierda”, afirmó. Sin embargo, el porcentaje es mayor de lo que supone el presidente. Así, el 55% de peruanos cree que el mandatario debe ser vacado en el Congreso, de acuerdo a la Encuesta Nacional Urbano Rural de GfK que publica hoy La República. El 43% opina lo contrario y el 2% no sabe ni precisa. PUEDES VER PPK anuncia incremento de plazas en concurso de ascenso docente Esta tendencia se acentúa al interior del país, donde el 61% considera que debe prosperar la vacancia, y entre los más pobres: el 60% de los encuestados del nivel socioeconómico D/E está a favor de la destitución que promoverán las bancadas de Frente Amplio, Nuevo Perú y Acción Popular. Según el sondeo, no se trata de un apoyo a los grupos de izquierda, sino a la salida del presidente, sea cual sea la forma. Según el sondeo realizado del 17 al 20 de febrero en 71 distritos del país, casi el mismo porcentaje que exige la vacancia pide la renuncia de PPK: el 52% de encuestados cree que debe dar un paso al costado y dejar que asuma su vicepresidente. El 46% aboga por que termine su mandato y el 2% no sabe ni precisa. La renuncia es un reclamo que va en escalada. El mes pasado la pedían solo el 43% de peruanos, 9% menos que hoy. El 52% de Humala ¿Por qué Kuczynski ha llegado a esta situación? “Ha tenido una acumulación de desaciertos: comenzó dejando que le censuraran al ministro de Educación, Jaime Saavedra; le ha faltado carácter para enfrentar al fujimorismo; le ha regalado instituciones clave como el Banco Central de Reserva”, comenta el sociólogo Nelson Manrique. Y añade: “A eso se suma algo que era desconocido para los votantes: el grado de corrupción en que aparentemente está involucrado. Para la gran mayoría no son convincentes sus explicaciones. Y la traición mayor fue el indulto a Alberto Fujimori. Con eso se suicidó, porque quien lo llevó al poder fue la izquierda”. El mandatario enfrenta hoy la tasa de desaprobación más alta de su mandato: 82%, según la encuesta de GfK, que tiene un margen de error de más menos 2.7. Solo lo aprueba el 15%. El 3% no sabe ni precisa. Ha llegado a esta crisis de legitimidad con solo un año y siete meses en el poder. Por estas mismas fechas, el ex presidente Ollanta Humala tenía una aprobación del 53% y una desaprobación del 39%. El 8% estaba al margen. Esto según un sondeo de GfK realizado del 18 al 20 de febrero del 2013. A contrapelo, la primera ministra, Mercedes Aráoz, viene remontando su reputación. En diciembre estaba en 31%, en enero subió a 33% y ahora está en 37%. Claro, todavía el 59% la desaprueba. “Le ayudó que se desmarcara del indulto a Fujimori, que terminó afectando solo a PPK. Además, estudios sugieren que en el Perú las mujeres no tienen imagen de corruptas, más si se desempeñan en la esfera política, que es percibida como machista”, dice el analista político Luis Benavente. Medios locos, por Hernán Chaparro El gobierno sigue navegando en una agenda que le es ajena y no domina. En una cultura política local que se caracteriza por el hartazgo y la polarización en asuntos de política, el presidente optó por caracterizar de locos o comunistas a quienes piensen en su renuncia o apoyen una vacancia. En el supuesto negado (los giros jurídicos están de moda) que esa caracterización sea correcta, resulta que la mitad del país apoya una u otra decisión. Por otro lado, hay un 15% que apoya la gestión del gobierno, pero la tendencia es que la cifra siga a la baja. Si bien la ministra Aráoz sigue manteniendo un respaldo relativamente positivo (dada la coyuntura), la idea de que el gabinete es más de lo mismo (84%) y el 80% que considera que PPK no tiene un plan claro para el país no ayudan. No es sencillo romper la inercia de la decepción y el gobierno tendrá que pensar fuera de la caja para ver cómo revertir ese ánimo. Es cierto que se acerca el mundial de fútbol y luego las elecciones regionales y municipales, pero esto no quiere decir que los sentimientos no corran en paralelo o que, incluso, los desánimos presentes en un lugar no contagien al otro. Convencer sobre logros en política a una ciudadanía donde casi dos tercios consideran que su alcalde distrital está vinculado a temas de corrupción y donde cerca de la mitad dice que votará por obligación es un tema difícil. La decepción con los políticos, que se expresa en que hoy el 74% no sabe ni cuándo serán las elecciones municipales y que reconoce que sabe poco o nada de los candidatos, demanda algo diferente a reacciones exasperadas. La suerte de los mediáticos, por Mariana Alegre Cuanta más difusión haya en los medios, y en especial en la televisión, la gente se enterará más de la existencia de las elecciones y de los postulantes. Es natural que aquellos personajes o figuras políticas con más trayectoria o que están vinculados a los medios de comunicación sean más conocidos que otros. Veo con buenos ojos que sean tan pocas personas las que opten por medidas violentas como el uso de armas de fuego para el servicio de serenazgo, algo que aparece con muy poco porcentaje. Es algo correcto por la efectividad que han demostrado las políticas de atención social y mejoramiento integral, antes que las medidas duras y represivas, para fomentar la seguridad ciudadana. Ciertamente, los castigos fuertes desincentivan y, aunque aún hay mucha desconfianza en las fuerzas del orden y la justicia, se tiene la esperanza de que las sanciones fuertes puedan desincentivar la delincuencia.