El segundo lugar de Guzmán merece comentario. Sobre todo porque ha llegado allí sin haber casi hecho trabajo político muy publicitado. Su mérito es haber sido un candidato de fuerza en el 2016, derribado por una decisión del JNE.,Después de cierto tiempo Ipsos ha incluido una pregunta sobre intención de voto, y los resultados son interesantes. Por lo pronto casi un tercio de las personas da la impresión de no querer votar por nadie, incluso casi ‘de no querer responder la pregunta. Quizás porque la idea de elecciones mañana ahora está cargada de sentido. Esto deja a los políticos con pocos votos hipotéticos. Keiko Fujimori encabeza con 21% y Julio Guzmán le sigue con 13%. Entre los dos apenas superan un tercio. Ciertamente las intenciones de voto son porcentajes llamados a cambiar. Las elecciones mañana y las elecciones hoy son el día y la noche. Aún así, el segundo lugar de Guzmán merece comentario. Sobre todo porque ha llegado allí sin haber casi hecho trabajo político muy publicitado. Su mérito es haber sido un candidato de fuerza en el 2016, derribado por una decisión del JNE. Suficiente para que una pequeña fracción del electorado lo siga considerando. Pero Guzmán representa más cosas. Una figura joven, un rostro nuevo, un gesto jovial, ser ajeno a la trifulca política de estos tiempos. En febrero del 2016 CPI lo tenía también como segundo, con 18% de la intención. Que se repita la ubicación algo puede estar diciendo sobre el atractivo de la imagen. La lógica de los tiempos apunta a la aparición de candidatos efectivamente nuevos para el 2021. Pero no será fácil instalar candidatos así. Se necesita publicidad para lograr el necesario reconocimiento, anécdota política positiva y (algo para lo cual es todavía muy temprano) un clima electoral. Guzman tiene mucho de lo anterior. Su figura está muy asociada a la idea de haber sido injustamente puesto de lado en las pasadas elecciones, y a la idea conexa de que hubiera podido ganar. Lo cual abre la posibilidad de hacer justicia con el voto, a la vez que se renueva el elenco de la político. Aunque la cifra es en sí misma es reducida, a Guzmán no le ha ido mal hasta ahora. Su perfil bajo es inevitable, pero rendidor. Sus rivales de mañana no lo ven como un enemigo en potencia, sino más bien como un aliado en segunda vuelta, si se queda cuidadosamente pegado al texto del estatuto electoral.