En un escenario que circula por estas horas finales del proceso revocatorio los dos vicepresidentes renuncian y precipitan la necesidad de nuevas elecciones generales dentro de pocos meses. Los vices no se han manifestado a favor de una salida así, y más bien han expresado que defenderán sus mandatos si el presidente es revocado. El escenario es atractivo para los antirrevocadores por su contenido de justicia poética: quienes despidan a Pedro Pablo Kuczynski pueden terminar perdiendo su propio puesto en el Congreso, en muchísimos casos sin posibilidades de recuperarlo. Una idea adicional es que la posibilidad desanimaría a muchos potenciales revocadores, o al menos al número necesario. Por lo pronto Luz Salgado, que ha asumido el papel de vocero sereno del fujimorismo en esta crisis, plantea que el “escenario con nuevas elecciones no es lo mejor”. Su argumento es complicado: el Congreso debe mantenerse pues ha sido elegido por una mayoría (36%). Algo que en cierto modo también vale para el Presidente de la República. La última vez que este tipo de tema fue discutido, Fuerza Popular respondió que no le preocupaba, pues en una siguiente elección les iría igual de bien, o incluso mejor, que en el 2016. Pero lo que podría valer para el conjunto de un partido no necesariamente valdría para las carreras de todos los congresistas. Una elección siempre es un riesgo. Unas nuevas elecciones generales en el 2018 serían la clásica caja de sorpresas. Keiko Fujimori hoy encabeza la intención de voto (Ipsos, 27%), pero empatada con “ninguno”. Una situación con aroma a “que se vayan todos”, una desventaja evidente para los actores del drama Odebrecht, que no terminaría con la renuncia de los dos vicepresidentes. Para Martín Vizcarra, quien fue un eficaz gobernador de Moquegua, se abre la perspectiva de una presidencia disminuida, con peligro de ser atropellada. Siempre hay la posibilidad de un efecto Harry Truman, el vice de origen provincial que demostró insospechadas cualidades de gobernante nacional cuando debió reemplazar a Franklin D. Roosevelt. ¿Conviene adelantar las elecciones? Podría servir para frenar la marcha de Fuerza Popular hacia la autocracia parlamentaria. Pero podría poner a Keiko Fujimori finalmente en la presidencia. Evidentemente no estamos en un tiempo de salidas fáciles. Como que todo se va a empeorar antes de empezar a mejorar un poco.