Vacancia de PPK no es un escenario asegurado 100%.,De todos los escenarios posibles para el desenlace de esta profunda crisis política, el de menor probabilidad es que el presidente Pedro Pablo Kuczynski la supere. La entrevista que ofreció anoche en cadena nacional no tuvo la contundencia requerida para un momento tan complejo, y ratificó la dificultad del presidente PPK para comunicar ideas que son trascendentales en circunstancias como esta. Sin embargo, una pregunta que el jefe de estado planteó es válida: ¿Ya existe la seguridad de que ha realizado acciones que justifiquen su vacancia? En opinión de esta columna, no. Sin duda, su vinculación con Odebrecht y su participación en las empresas Westfield y First Capital requiere una investigación mucho más profunda que la hecha hasta ahora. Pero eso debiera ser investigado con el cuidado y tiempo que puede realizar una fiscalía, y sin el interés político evidente de la comisión lava jato, manejada por el fujiaprismo para proteger a Alan García, Keiko Fujimori y Joaquín Ramírez, y atacar a quienes son definidos como gente adversa para sus intereses políticos y personales. Esta vacancia no puede avanzar con la velocidad desesperada con que la está manejando el fujiaprismo, poniéndole el pie al acelerador al proceso de derribamiento de la presidencia de PPK en el que han estado abocado como objetivo prioritario desde el propio momento en el que Keiko Fujimori perdió su segunda elección consecutiva en la noche del 10 de junio de 2016. Pero oír argumentos no es el plan armado por Fuerza Popular y el Apra. Su plan es avanzar en el control institucional del país que incluye el dominio sobre el TC –objetivo que se le ha complicado por decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos–; sobre el Ministerio Público derribando al fiscal de la nación, sea desde el congreso o el CNM para manejar los casos de los dirigentes fujiapristas; y derribar a PPK para poner ahí a Martín Vizcarra y hacerlo gobernar a su servicio. Por ello, ahora FP se esfuerza por remarcar que va a ayudar al éxito de la presidencia de Vizcarra, especialmente por la imagen tan negativa que ha producido en la opinión pública su prepotencia, como lo evidencian las encuestas de GfK e Ipsos de ayer. Todo eso puede pesar en la decisión final de algunas bancadas parlamentarias y producir un desenlace en el que no se alcancen los 87 votos que requiere el fujiaprismo para concretar su golpe institucional en marcha. Pero ese es, hasta ahora, el escenario menos probable.