En el mejor de los casos, sería una presidencia lame duck.,Si un indicador clave de la estabilidad es la posibilidad de que el presidente complete su mandato, no hay duda de que se ha deteriorado la perspectiva política del país. Esto quiere decir que ha crecido el riesgo de que Pedro Pablo Kuczynski no termine el período en 2021, por la confluencia de dos tendencias. La primera es el endurecimiento de la bancada de FP contra el gobierno en el contexto del avance de las investigaciones de la fiscalía sobre el financiamiento de las campañas de Keiko Fujimori, incluyendo la reapertura del caso del ex secretario general de su partido Joaquín Ramírez. La segunda son las respuestas contradictorias sobre los vínculos profesionales de PPK con Odebrecht. Luego de enviar una respuesta escrita negando cualquier nexo profesional directo o indirecto con dicha empresa, el sábado el presidente reconoció haber brindado asesoría a la firma H2Olmos –una subsidiaria de Odebrecht– a través de First Capital. No habría problema en que, en un período en el que no ha sido funcionario, PPK ofreciera servicios profesionales a una empresa privada, incluyendo a Odebrecht. El problema es por qué no dijo, en este caso, la verdad desde el comienzo. Esto se complica por una oposición cada vez más virulenta, con clara intencionalidad política y cuya protagonista a la presidenta de la comisión lava jato, Rosa Bartra, quien es muy educada si tiene por delante a Keiko Fujimori o Alan García, pero se transforma en alguien con agresividad salvaje ante cualquier otro. El constitucionalista Domingo García Belaunde señaló el domingo que, aunque el jefe de estado “haya faltado a la verdad, eso no significa que se le deba vacar”. Pero eso será en el mundo de las ideas, no en el del ataque político irracional como el que encaja FP a través de sus congresistas y topos. Ahora FP tiene la carta del presidente que le mintió al país, y la va usar como comodín cuando le convenga para tumbárselo. Esto no quiere decir que ese vaya a ser necesariamente el desenlace, pero sí que ha crecido el riesgo de vacancia por supuesta ‘incapacidad moral’ según el inciso 2 del artículo 113 de la constitución. Pero incluso si ello no ocurre, lo cierto es que esto debilita al jefe de estado, perfilándolo prematuramente, cuando aún quedan tres años y medio de su mandato, en una suerte de presidente lame duck. Esto puede cambiar si PPK plantea una respuesta política, pero, visto lo que su presidencia ha hecho en el primer año y medio, eso sería una gran sorpresa.