La encuesta GfK muestra el creciente descontento con la actuación de Fuerza Popular en el Congreso. No es el único indicio. También hay declaraciones por todas partes. Incluso ha aparecido en el léxico político la expresión “golpe parlamentario”. En realidad el descontento ya va camino de la furia entre amplios grupos de personas. Tan indignante como la actuación autoritaria misma de FP es la difundida percepción de que hoy ella busca salirle al paso a diversas acusaciones en su contra. El peso de la mayoría parlamentaria es usado como una comba contra el sistema judicial y el libre ejercicio de la prensa. La mototaxi convertida en una aplanadora de instituciones y derechos. La estructura de la indignación es variada. Hay los que simplemente están confirmando sus temores frente a FP. También los que están viendo sus esperanzas decepcionadas. Luego hay los sorprendidos por la velocidad a la que avanza la tarea demoledora de la bancada fujimorista en cada vez más terrenos de la vida pública. La hipótesis de que FP está practicando una prepotencia defensiva es convincente, pero no suficiente. Pues lo que está sucediendo en estos últimos tiempos no es sino la escalada de una conducta presente, con avances y retrocesos, desde el primer día. Puede haber algo de exabrupto en lo que vemos, pero también, y sobre todo, una orientación. En pocas semanas FP ha cruzado varios peligrosos Rubicones, y cuesta imaginar al partido regresando a sus posturas más calmadas. Por lo pronto los congresistas más prepotentes se han instalado firmemente en su rol, alentados por la furia expresada por Keiko Fujimori al ser tocada por una investigación fiscal, como tantos otros políticos hoy. El mensaje de la encuesta GfK es que el público está mirando, está sacando sus cuentas, y parte de él está molesto. No solo hay un rechazo presente, sino que el antifujimorismo está creciendo, sobre todo entre los jóvenes. Por lo pronto un 42% de los encuestados se declara dispuesto a marchar en defensa de la Fiscalía de la Nación. El de FP es el tipo de situación que suele ponerse mucho peor antes de empezar a mejorar. Mientras la espada de Damocles judicial se siga meciendo sobre la política, la prepotencia de FP seguirá en aumento. Esperemos que sus miedos no se lleven de encuentro a la democracia entera.