Los líos de Susana no hacen honestos a Keiko ni a Joaquín. ,No hay duda de que Susana Villarán está en serios problemas por las noticias sobre el financiamiento de su campaña contra la revocatoria, pero eso no convierte en honestos a los líderes de otros partidos que también están acusados. El financiamiento de las constructoras brasileñas no es delito pues así lo dispuso el congreso al diseñar el marco electoral vigente –que se debe renovar–, pero sí puede serlo el que esas firmas negociaban, simultáneamente, contratos con el municipio. Eso, y las responsabilidades personales específicas, se deben dilucidar en la justicia, sin interferencia política, pero, mientras tanto, es extraño el entusiasmo de algunos dirigentes políticos como los de Fuerza Popular. Una explicación es que los alegra la crisis de alguien en la antípoda de su pensamiento, aunque la posición política de Villarán ya iba de capa caída antes de las denuncias recientes. Pero hay otra explicación: que las denuncias contra Villarán y parte de su equipo edil les permita extender la idea de que ‘todos los políticos son corruptos y no solo los fujimoristas’. Como parece transmitir ese rufián con curul de Héctor Becerril, el mastín de Keiko Fujimori que usa el cargo para amenazar a quien le conviene, como acaba de hacerlo con Caretas. Es un tipo de festejo similar al de la bancada de FP en el hemiciclo el día en que Marcelo Odebrecht ofreció en Curitiba su testimonio a los fiscales peruanos, y que es como si la barra peruana celebrara un gol de Nueva Zelanda, pues el brasileño –de acuerdo con todos los reportes periodísticos de medios serios– sí habría hablado de financiamientos y articulaciones con varios otros candidatos, como, por ejemplo, Keiko Fujimori. Las acusaciones a Villarán no transforman necesariamente en honestos a los otros políticos que están siendo acusados, desde Alan García, Luis Castañeda, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Keiko Fujimori y su mecenas Joaquín Ramírez –el caso que más aterra a FP– y hasta el presidente actual Pedro Pablo Kuczynski. El desenlace de lo que se viene en el Perú es muy peligroso para la estabilidad política del país, pero ni eso debe ser impedimento para que se haga justicia, caiga quien caiga. Mientras ello ocurre, FP quiere aprovechar denuncias como las de Villarán para reforzar su intento de reescribir la historia a su favor, por ejemplo, ordenando por ley que se reescriban los textos escolares, no obstante que Keiko Fujimori y su partido la siguen escribiendo todos los días, hasta hoy, con el mismo estilo autocrático y demoledor de las instituciones y la democracia de su padre.