La visita a la refinería de Talara la semana pasada de la ministra de Energía y Minas, Cayetana Aljovín y del presidente de Petroperú, Luis García Rosell, ha podido constatar que el proyecto de modernización tiene un 64% de avance y cumple los requerimientos técnicos. La visita también tiene un carácter político, pues demuestra el compromiso del gobierno con el proyecto, que va a tener un impacto productivo clave, a la vez que refuerza objetivos económicos y sociales, en una región fuertemente golpeada por El Niño costero. No ha sucedido lo mismo con Perupetro, encargado de la contratación petrolera, que en julio pasado decidió descalificar a Petroperú para que pueda explotar el Lote 192, en la selva norte. Los criterios utilizados por Perupetro tenían serias deficiencias: fueron calificadas como “situaciones de riesgo detectadas” por la Contraloría en su Oficio 00040-2017 (04/10/17) dirigido al presidente de Perupetro. Antes de seguir, hay que decir que el Lote 192 es el más importante, produce 10,000 barriles diarios y tiene 150 millones de reservas probadas y probables. Existen problemas de contaminación y reclamos de las comunidades indígenas por los daños de años anteriores, exigiendo la Consulta Previa. Sigamos. Dice la Contraloría que en el informe de Perupetro hay serios errores. Por ejemplo, confunden el Pasivo con el Patrimonio Neto “lo que evidencia falta de diligencia de los funcionarios encargados de la calificación de Petroperú, lo que compromete el cumplimiento del objetivo que se persigue”. Hay varias perlas más de este calibre, pero vayamos a la más grave. Dice Perupetro que “los flujos de caja de Petroperú para el periodo 2017-2025 estarían comprometidos con el repago de la inversión de Talara”, motivo por el cual “no acredita que cuenta con la capacidad económica y financiera para las inversiones en el Lote 192 y no califica como empresa apta”. La Contraloría responde: “el documento Flujo de Caja no está previsto en los Lineamientos de Calificación por lo que su utilización evidencia un incumplimiento por parte de los funcionarios de Perupetro”. ¿Por qué hace eso Perupetro? Todo parecería ser un problema de forma, pero no. Hay problemas de fondo: en octubre del 2015, el Congreso votó por abrumadora mayoría la Ley 30357, que otorga el Lote 192 a Petroperú, “previa evaluación de Perupetro”. Además, la exceptuaba del candado que pone la Ley 30130, que prohíbe a Petroperú cualquier inversión distinta a la de Talara. Por tanto, lo que correspondía a Perupetro era otorgar el lote 192 a Petroperú “para que convoque, conforme a ley, a socios estratégicos y a realizar las gestiones que sean necesarias” (Ley 30357). De su lado, Petroperú debía negociar un contrato donde el socio asuma el 100% de la inversión, la misma que le será reembolsada por Petroperú con su parte del petróleo extraído (en jerga petrolera, “carry”). En el 2014 esto se hizo en el Lote 64, donde Petroperú es socio minoritario y la empresa GeoPark asume las inversiones. El “carry” es clave pues Petroperú debe asegurar a sus financistas (los bonistas y los bancos) que su primera prioridad es el repago de la deuda de Talara. Esta debiera ser –y entendemos que es– la primera prioridad de la empresa. Es importante señalar que Petroperú reclamó su descalificación ante Perupetro, quien se reafirmó en lo mismo. La fresa de la torta fue que le dijo a Petroperú que solo la podía calificar si venía “del brazo” de un tercero. Increíble pero cierto. Así, Petroperú se presentó con Frontera Energy para obtener la calificación. Perupetro tenía como objetivo zurrarse en la voluntad del Congreso otorgando el 192 a alguna empresa privada. Apenas se enteraron, los congresistas de todas las bancadas protestaron. Pero Perupetro, erre que erre, se mantenía “en sus trece”, perdón, en sus errores, lo que podía llevarse de encuentro a la propia ministra. Fue el oficio de la Contraloría, aquí reseñado, lo que hizo estallar los planes de Perupetro. ¿Qué explica el comportamiento de su gerente general, Milton Rodríguez, artífice de la descalificación y hoy ya fuera del cargo? La respuesta podría estar en una orientación ideológica anti empresa estatal o en algún extraño y desconocido interés. O quizá en una combinación de todo lo señalado. Este tema aún no termina. Petroperú va a volver a pedir la calificación y es probable que vuelva la objetividad a Perupetro, para que no tengamos otra vez a Vidaurre contra Vidaurre. Petroperú ya debe estar buscando socios estratégicos para explotar el Lote 192 (que debe tener consulta previa) y levantar su producción de crudo pesado, que le viene como anillo al dedo a la nueva tecnología de la Refinería Talara. Veremos qué pasa. ¿Qué explica el comportamiento de su gerente general, Milton Rodríguez, artífice de la descalificación y hoy ya fuera del cargo?