Como balance del Censo, en el lado técnico, muchos expertos ya han expuesto los puntos más importantes: Además de exigir que las actas de la comisión que elaboró el padrón del censo sean públicas –para develar, entre otras cosas, si hubo algún interés de por medio en incluir algunas de las preguntas–, exigir también la publicación del catastro en base al cual se realizó este censo. Si han usado los mismos datos que en el 2007 y no hubo en realidad un precenso, no sorprende que se hayan pasado por alto un sinnúmero de edificios/condominios que tienen menos de 10 años de antigüedad. El otro lado de este balance es más complicado y nos saca del tema del censo. Violaron a una mujer que voluntariamente se ofreció a empadronar el día domingo. La violaron en un país en el que 7 de cada 10 mujeres han sufrido violencia psicológica, física o sexual por parte de sus parejas. Un país en el cual, solo durante el 2016, se registraron 124 feminicidios y 258 tentativas de feminicidio según las cifras del propio Ministerio de la Mujer. Y ojo, este ministerio solo recibe las cifras de los Centros de Emergencia, mas no aquellas que podrían sumarse de las denuncias que recibe la Policía Nacional, por ejemplo. Este año, el 29 de mayo, Marysella Pizarro Tuanama trabajaba en un spa cuando fue rociada en gasolina por su pareja y quemada en Tarapoto. En ese mismo mes, Emily Monja Pacheco, joven y madre soltera, fue asesinada en Surco, intentando evitar ser víctima de violación por parte del conserje del edificio en el que vivía: José María Málaga Morla. En Arequipa, Fabiana Mamani Apaza no murió pero amaneció con un taladro entre los ojos que casi la deja ciega. Rolando Saavedra Pari, su pareja, la agredió de esta manera por haber discutido la noche anterior. ¿Perú es un país de agresores? Sí. No todos los hombres lo son, pero las estadísticas hablan por sí solas. Solo Lima es la quinta ciudad más peligrosa para las mujeres en el mundo. No solo estamos desprotegidas ante este tipo de ataques, sino que también tenemos mucho más difícil el acceso a la educación y a la salud. Me sorprendí cuando descubrí que cada día del año al menos 4 menores de edad se convierten en madres. Ahí no acaba la cosa. ¿Recuerdan los casos de embarazadas que dan a luz en los baños o que botan a su bebé en un tacho de basura? En nuestro país, el 32% de mujeres menores de 16 años dan a luz fuera de un establecimiento de salud. El 32%... es demasiado. Y claro, estas madres adolescentes y sus bebés tienen mayor riesgo de morir en el parto. Esta realidad duele en el alma y provoca culpa e impotencia. ¿Qué pasa con nosotros? ¿Por qué seguimos aguantando estupideces como el “Ni uno menos” o aceptando bromas machistas? ¿A cuántos hombres les han taladrado los ojos, los han quemado vivos, los han violado y abusado de esta manera? Estos días, Perú, me dueles en el alma.