Se puede discrepar, pero el boicot a Caretas es inaceptable.,Luis Galarreta tiene derecho a defender a sus colegas que siente que han sido agraviadas en un artículo de Caretas, pero se debe rechazar el boicot publicitario que él ha convocado contra la revista por ser una amenaza inaceptable a la libertad de expresión por venir del presidente del congreso. El boicot de Galarreta obedece a los comentarios sobre algunas congresistas de Fuerza Popular incluidos en la columna La China Tudela escrita por Rafo León con el seudónimo de ‘Lorena Tudela Loveday’, y que fueron calificados por el presidente del congreso como “ataque cobarde”. El presidente del congreso agregó que tomará acciones legales, lo cual es su derecho. Pero se equivoca cuando convoca a las empresas a retirar sus avisos del medio, pues eso constituye una amenaza inequívoca a la libertad de expresión que lo convierte en violador de un derecho constitucional. ‘La China Tudela’ es una caricatura de un sector de la ‘clase alta’ peruana, una sátira de obvio contenido político que nadie podría atribuirle veracidad. En algunos casos, como en el artículo específico que se comenta, hay frases chocantes sobre algunas congresistas que son –en opinión de este columnista– irritantes y de muy mal gusto. Pero, ¿es posible hacer humor políticamente correcto? ¿Para quién lo es y para quién no? En todo caso, es en el ámbito del buen o mal gusto en el que se debiera discutir, en forma libre e irrestricta, el artículo de León, como cualquier contenido de la prensa. Y, en todo caso, en el Perú hay un marco legal que establece límites a la libertad de expresión y al cual podrían recurrir las personas que se sientan agraviadas. Eso sería lo correcto. No lo es, en cambio, un boicot organizado por el presidente del congreso contra un medio. Como señala el comunicado del Ipys, el sistema interamericano ha establecido que limitan la libertad de expresión los agentes estatales que alientan acciones contra los medios y periodistas. No se puede perder de vista que la respuesta de Galarreta es parte de un ataque mayor de FP contra la prensa. Si se concreta su boicot a Caretas al exigir el despido de León, ¿quién sigue? ¿Carlín, a quien Lourdes Alcorta amenazó por caricaturizarla con sus colegas como payasos? ¿Correo por su primicia del revelador whatsapp del ‘mototaxi’, como amenaza Becerril? ¿Los gerentes de los medios, como exigen Letona y Aramayo? ¿Este columnista, como le demanda Beteta al Ministerio Público, por criticarla? ¿Galarreta justificaría el ataque al políticamente incorrecto Charlie Hebdo? Si así amenaza el fujimorismo al periodismo siendo de oposición, ¿qué esperar si fuera gobierno?