Setiembre 2017: mes para pensar los años del terror.,El setiembre que empieza hoy traerá varios hechos que invitarán a revisar los años del terrorismo protagonizado por Sendero Luminoso. Para empezar, el próximo martes 12 de setiembre se cumple un cuarto de siglo de la captura de Abimael Guzmán, la cual constituyó un cambio de rumbo en la historia peruana. Desde 1980, el ‘presidente Gonzalo’ había lanzado una lucha armada sanguinaria para capturar el poder y, doce años después, su avance era imparable, al punto que se especulaba sobre si podía ganar su guerra. Por eso, la sensación que se produjo ese sábado 12 de setiembre en el que, apenas terminado un clásico Alianza-U, corrió por todo el país la noticia de la captura de Abimael, fue de alivio pero, también, de susto por la reacción violenta que podía generar. Su captura, sin embargo, fue el inicio del fin de la lucha armada de SL, el cual fue derrotado en el plano militar pero no en la acción política, como se observa cuando sus organismos vinculados, como el Movadef, buscan una legalización pero sin tomar distancia de los actos de terrorismo. Ese es un debate importante en estos días en los que el Movadef demuestra capacidad de acción política mediante el liderazgo en reclamos sindicales como el de los maestros. Es un debate que se debe profundizar. Pero setiembre 2017 también traerá la salida de la cárcel de varias personas condenadas por actos de terrorismo realizados bajo el paraguas de SL y del MRTA. Entre ayer y el 27 de diciembre, habrán cumplido sentencia nueve personas de ambos grupos, incluyendo a Martha Huatay y Maritza Garrido Lecca de SL. No hay duda de que toda persona, por más terrible que sea el delito que cometió, debe quedar libre al final de su condena, sin perjuicio de que el Estado tiene la obligación de ejercer vigilancia sobre personas potencialmente peligrosas, siempre en el marco estricto de la ley. Pero también se debe permitir y ayudar a que estas personas puedan reinsertarse en la sociedad, por su propio bien y por el del país. El que personas que buscaron acabar con el sistema político traten de actuar, siempre después de cumplida su condena, dentro de las reglas del mismo, es un triunfo de la democracia y no una deficiencia de la misma. Finalmente, este cuarto de siglo que pasó desde ese turbulento 1992 debe servir para reflexionar sobre lo que pasó, empezando por entender que lo que diferencia a un terrorista de quien no lo es, es el respeto del Estado de derecho. No olvidarlo en este mes de revisión de todo lo ocurrido.