El revolucionario Fidel Castro se negó completamente a realizarse un procedimiento quirúrgico, tras calificarlo como “humillante”. Así también, el líder comunista calificó su enfermedad como un "secreto de estado".,El líder comunista Fidel Castro falleció el último viernes en La Habana, a los 90 años, así lo anunció su hermano y actual presidente de Cuba, Raúl. Sin embargo, poco se sabe de la enfermedad que tenía el revolucionario. PUEDES VER: Fidel Castro, 90 años que marcaron la historia Fidel hizo que su enfermedad se vuelva un misterio cuando él mismo dijo que el mal, que lo dejó al borde de la muerte y lo obligó a dejar el poder de la isla, era un “secreto de estado”. La enfermedad que padecía el líder se llamaba diverticulitis de colon que, según los cables de WikiLeaks, se trata de la inflamación de los divertículos, protuberancias en el tramo final del intestino. Este padecimiento le causó una gran hemorragia a Castro, mientras viajaba en un avión, el 26 de julio de 2006. La perforación en el intestino grueso le obligaba a someterse a una colostomía, procedimiento quirúrgico en el que se saca un extremo del intestino grueso a través de una abertura hecha en la pared abdominal, pero Fidel se negó. Para el militar, esto era una “humillación” por lo que pasó por varias operaciones y complicaciones. Tras esto,contrataron al médico español, José Luis García Sabrido, quien era jefe del servicio de cirugía del hospital Gregorio Marañón de Madrid, desmintió que Castro padeciera de cáncer. Sin embargo, Juan Reinaldo Sánchez, escolta durante 17 años del líder comunista, explicó en un libro que, en 1983, fue tratado de una úlcera cancerosa, que se le reprodujo en 1992. A lo cual Castro admitió que “llegó a estar muerto” y se sentía como un “resucitado”. El declive desde 2006 fue notorio y en mayo de 2007, Castro aludió a su enfermedad y dijo que había mejorado y recuperado peso tras una serie de operaciones fallidas pero era evidente que su salud estaba deteriorada. De esta manera, Fidel Castro pasó sus últimos años entre la convalecencia por su enfermedad y esporádicas apariciones en las que se le veía frágil, casi siempre sentado y con voz débil.