Tratamiento en la Atarjea. El costo de purificación del agua se ha incrementado en 40% en los últimos años. En 12 meses, se producen 713,5 millones de metros cúbicos para la capital. Al día, una familia limeña consume 250 litros al día.,Pese a que Lima es una ciudad desértica, en un año el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) puede producir 713,5 millones de metros cúbicos (m3) de agua para la capital. Esto lo hace teniendo en cuenta que cada familia limeña o chalaca consume alrededor de 250 litros al día, una cifra superior a los estándares normales. PUEDES VER: Señor de los Milagros: este será el recorrido de la primera procesión Ante esta realidad nace una pregunta: ¿cuál es el proceso de tratamiento del agua que consumimos a diario? Aunque parezca raro, desde la captación del agua del río Rímac en la planta de tratamiento de la Atarjea hasta llegar al caño de las viviendas, el agua demora 22 horas para ser potabilizada. Hay que tomar en cuenta que el tratamiento para Lima y Callao se realiza todos los días. “Sedapal toma el agua del río Rímac a través de sus dos bocatomas que tienen la capacidad de captar 35 metros cúbicos por segundo (m/s). Aquí se inicia el proceso de tratamiento, primero con la remisión de los materiales sólidos (plástico), después el agua pasa por unidades desarenadoras donde se elimina la arena fina que trae el río”, explicó Yolanda Andía, gerente de producción de Sedapal. La funcionaria indicó que luego el agua ingresa a los estanques reguladores. Así ingresamos a la etapa de pretratamiento, donde el líquido que llegará a las casas recibe una dosificación de cloro para eliminar la carga bacteriológica que trae el río Rímac. En la actualidad, el agua del afluente que recorre Lima contiene coliformes totales y fecales. La dosis de ese desinfectante reduce el 99,99% de los contaminantes biológicos. “Las características del río Rímac muestran que hay altos contenidos de metales pesados, materia orgánica, residuos sólidos, componentes orgánicos químicos, componentes orgánicos biológicos, que superan los estándares de calidad ambiental, para aguas de río. El costo en el tratamiento del agua se va incrementando: en los últimos 3 años llegó a elevarse de 40% a 45% de inversión”, agregó Andía. Se informó que al año se invierten 30 millones de soles para garantizar el agua potable que llega a las viviendas de Lima y Callao. Pasos finales El agua, tras salir de los embalses reguladores, llega a la etapa de decantación (procedimiento que separa dos sustancias mezcladas), que permite clarificar el líquido recibiendo una dosis de coagulantes. “El agua que aflora a la superficie ya está clarificada, pero todavía el producto lo retenemos para que pase a un filtro, para que llegue a ser transparente. Se infiltra a través de una capa de arena, que retiene partículas más pequeñas que los poros entre los granos de arena, reduciendo turbiedad”, explicó. A la salida de los filtros, el agua recibe la cloración final, para destruir toda contaminación que pueda haber quedado después de todos los procesos anteriores. Rápidamente, el líquido se dirige a los nueve depósitos de regulación, que atenderán la demanda de la ciudad mediante las cinco matrices que deriva el agua a nivel troncal: La Molina, Villa El Salvador, Centro, Comas y San Juan de Lurigancho. Agua no facturada Hilda Sandoval, ex viceministra de Vivienda, declaró ayer en el seminario de Políticas Públicas que el agua no facturada en Lima llega al 29,8%. Este indicador considera el agua que no se factura, es decir, la utilizada para pruebas de obras, incendios; también las conexiones clandestinas, medidores con subregistro, pérdidas físicas, entre otros. Como líneas arriba hemos mencionado, el año pasado se produjeron 713,5 millones m3 de agua para Lima y Callao; de estos, 212,5 millones m3 están contemplados como agua no facturada, sin contar el porcentaje de líquido que se pierde en las tuberías antiguas que recorren la ciudad. El Dato Contaminación. La Autoridad Nacional del Agua (ANA) ha detectado a lo largo del Rímac 1.185 fuentes de contaminación directa que afectan el agua que producirá Sedapal. Estos puntos se encuentran en todos los 127 kilómetros del cauce del ‘Río Hablador‘.
