Muerte de Lucho Barrios enluta a Perú y Chile. Su corazón dejó de latir ayer a las 7.30 am. Cantante será enterrado mañana en Huachipa. “¡Las cantinas están de duelo!”, se le escuchó ayer gritar a un dolido fan de Lucho Barrios ante la noticia de que el corazón del “Rey del bolero” había dejado de latir a las siete y treinta de la mañana. Desde esa hora, no solo la prensa nacional sino la internacional dedicaron a detallar la partida del popular “Cabezón” (así lo llamaban sus amigos), cuyos restos son velados en el Museo de la Nación y serán enterrados mañana en el cementerio de Huachipa. La noticia del deceso del bolerista –a causa de problemas respiratorios derivados de una diabetes– tampoco escapó del comentario del presidente Alan García, quien dijo: “No pensé que (Lucho Barrios) estaba tan grave. (Su muerte) es un dolor para el Perú y para muchísimos amantes del bolero”. CHILE SE UNE A HOMENAJES La noticia de la partida de Lucho Barrios no solo paralizó los noticieros locales, sino los chilenos, debido a que en el país del sur el peruano es toda una celebridad. Con el transcurso de las horas, los homenajes no se hicieron esperar y se informó que hoy se realizará un programa especial en la ciudad de Valparaíso. Además, el alcalde de esa ciudad, Jorge Castro, confirmó su asistencia a los funerales del cantante peruano. La popularidad de Lucho Barrios, quien se presentó por primera vez en el país del sur en 1960, se afianzó cuando grabó “La Joya del Pacífico”, considerado un “himno” de la ciudad de Valparaíso. El artista estuvo tan ligado a Chile que en el 2002 el presidente Ricardo Lagos lo condecoró por su aporte en el acercamiento entre ambas naciones a través de la música. Toda una gloria Luis Barrios Rojas (nombre de cuna) nació un 22 de abril de 1935 en el Callao. Desde niño, su pasión por el canto se hizo evidente e incursionó primero en la lírica y luego en el huayno, sin mucha suerte. Posteriormente cambió de género, probando con el vals criollo. En esta época integró, junto a Francisco “Paco” Maceda y Modesto Pastor, el trío Los Incas. En 1956 se hizo solista y participó en el concurso La Escalera del Triunfo, donde logró el tercer lugar entre más de mil 200 participantes. Ese año grabó su primer disco, el vals “Trokimoki”. En 1957 viajó a Ecuador, donde se escuchó por primera vez “Marabú”, tema emblemático de su repertorio. Por esa fecha, entre fines de los 50 y principios de los 60, también comenzó a grabar boleros como “Cruel condena” y “Me engañas mujer” con tal pasión que se convirtió en toda una sensación. Temas como “Mentirosa”, “Te alejas”, “Copas de licor”, “Niña bonita” y muchos más lo consagraron en toda América. En una de las últimas entrevistas concedidas, Lucho Barrios agradeció a Dios el haber traspasado fronteras y conseguido el aprecio de países como Chile. “Doy las gracias porque mi intención siempre ha sido integrar a los pueblos”, dijo aquella vez. Hoy, peruanos, chilenos y ecuatorianos lloramos su partida, pero de seguro “El rey del bolero” sonríe desde el cielo, pues su música pasó a la posteridad con temas como “Niña Bonita” o “Copas de licor”, verdaderos himnos que le cantan al amor adolorido, ese que a todos nos ha herido alguna vez. Reacciones "Es una pérdida enorme. Siento que se ha ido un hermano o un padre, pues eso era él para mí. Éramos como una familia artística”. Guiller Cantante y bolerista "Ojalá que su muerte despierte el interés de los congresistas por artistas viejos que no tienen para subsistir”. Iván Cruz Cantante y bolerista "Me da mucha pena, yo en cualquier momento también saco mi pasaje. También estoy delicado de salud”. Pedrito Otiniano Cantante y bolerista Bolero...¿cebollero? La muerte suele traer homenajes que solo sirven de consuelo a quienes los realizan, aplausos que ya no oye quien los recibe. Es lo que sucederá con Lucho Barrios, quien marcó con su voz peruanísima la vida de miles. ¿Peruanísima? Sí, una voz lastimera, desgarradora, quejumbrosa. Una voz que es parte de nuestra peruanidad, como lo es también la alegría criolla que un día fue patrimonio de los costeños o la melancolía que dejó de ser cualidad del hombre de las alturas. Todas esas características del ser peruano, como analizó el sociólogo Gonzalo Portocarrero. En este país de terremotos y cultos al Señor de los Milagros, a las vírgenes y los maderos del Señor. En donde reinan las telenovelas y donde los programas de farándula se han convertido en institución nacional. En nuestro país diverso, cómo no pudo convertirse en coro inmortal “Toma este puñal / ábreme las venas” tras comprobar que “Ayer te vi pasar / con él de brazos y / sin que lo notaras / te seguí los pasos”. Por eso, porque cantaba a ese ser lastimero que los peruanos llevamos dentro, habrá que recordar a Barrios siempre. Y no rechazar lo que algunos llaman bolero “cantinero”, “cebollero”, “llorón”, negándose a llamarlo canto peruano. Lucho Barrios lo sabía muy bien. Decía que el bolero peruano no era cantinero. Y con razón. El término fue usado para discriminar su estilo. “Es canción, es orgullo nacional”, dijo. No sabemos si orgullo, pero sí que identificó a miles de peruanos. Que los unía a este suelo de todas las sangres. “Ojalá que nunca sufras como estoy sufriendo yo /que seas feliz /adiós /adiós”. –Carlos Páucar.