Isabel Carreño G. El ex canciller Rafael Roncagliolo analiza las consecuencias y vislumbra los escenarios luego de que finalmente el Perú enviara una nueva respuesta a Santiago de Chile y se decidiera que el embajador en el país sureño se mantenga en Lima mientras duren las investigaciones sobre el caso de espionaje en contra de nuestro país. Roncagliolo considera que Chile debe dar una respuesta clara y se tiene que preservar la dignidad de nuestro país frente a un hecho que cuenta con pruebas y documentación. Agregó que tomará tiempo recomponer la confianza que se empezó a trabajar entre ambas naciones en el caso de La Haya. La noche del viernes se anunció que temporalmente el embajador peruano Fernando Rojas será retirado de Santiago y luego Michelle Bachelet también respondió que su par se mantendría en Santiago... El embajador fue llamado cuando se produjo la revelación de este espionaje inaceptable, entonces está en Lima. Él se va a mantener acá y no va a regresar. La respuesta de Chile no es satisfactoria para el Perú. El gobierno chileno tendrá que considerar esto y tratar de avanzar a una respuesta que sea satisfactoria para Perú. Mientras tanto, el embajador peruano no podrá regresar a Chile y su par chileno tampoco volverá a Lima. Es una situación de reciprocidad. Se crea un espacio en el que Chile tendría que dar un paso adicional. ¿Que sucede cuando se retiran a los embajadores? ¿Solo queda el encargado de negocios? Sí. No es que se hayan roto las relaciones ni mucho menos. Las embajadas siguen funcionando, pero el responsable no es el embajador acreditado sino lo que se llama un encargado de negocios, que ve los asuntos de Perú en Chile y viceversa. En el proceso de La Haya no se llegó a retirar al embajador... Durante el proceso de La Haya lo que hicimos ambos países fue tratar de construir una relación de confianza. La historia de las relaciones entre Perú y Chile es muy complicada. La guerra del Pacífico significó introducir por primera vez en América del Sur el derecho de conquista que hoy ya nadie acepta en el mundo. Es una historia dura. Pero mirando para el futuro tratamos de construir una relación de confianza, de un intercambio y diálogo muy directo entre los países. Reuniones entre empresarios, periodistas, organizaciones de la sociedad civil, intelectuales. Tratamos de construir una relación de confianza pese a este rastro histórico. Entonces, ¿qué ocurrió? Obviamente, mientras se está tratando de trabajar esto, saber que paralelamente se daba una actividad de espionaje tan fehacientemente comprobada en cierto sentido vulnera todo este esfuerzo. El haber descubierto este espionaje es realmente una acción de mucha gravedad. Históricamente, han existido otros casos de espionaje de parte de Chile, en los 70 y el último en el 2009... En el año 78-79 hubo un caso, del suboficial de la FAP Julio Vargas Garayar, que fue fusilado. Entonces lo que ocurrió fue que el Perú declaró persona no grata al embajador chileno (Francisco Bulnes). Luego de ese caso, se encontraron a unos oficiales chilenos tomando fotos. Ahí fue mucho más grave porque se declaró persona no grata al embajador y él tuvo que salir del país. Esto se mantuvo hasta que tomó el mando el gobierno del presidente Belaunde y se envió como embajador a Santiago de Chile al hijo del ex presidente José Luis Bustamante y Rivero. Ha habido otros casos en la historia y no solo con Chile. Hay una gama de posibilidades de acción en estos casos, ¿cuál es el grado en el caso del retiro del embajador? En estas variantes, cada una tiene su significado. En el lenguaje diplomático es mucho más grave romper relaciones, retirar o llamar al embajador son situaciones distintas. Diría que este caso está en un segundo grado, el primero fue enviar una nota de protesta, se llama a consulta al embajador y ahora estamos en la situación de que este permanece acá. A ningún país le conviene una escalada, pero al mismo tiempo hay que mantener una actitud con serenidad pero enérgica porque esto es absolutamente inaceptable. Siempre se habla que todos los países se espían... El argumento que todos los países espían... en la Edad Media todos los países invadían. La humanidad avanza. Hoy en día, el espionaje es un mal como las minas antipersonales o la conquista. El mundo civilizado tendrá que ir eliminando el espionaje, en particular, entre dos países en que sus relaciones son sensibles y en un momento en que se estaba haciendo el esfuerzo de crear confianza. ¿Se debería mantener este caso bajo la misma lógica de las cuerdas separadas como se hizo con el fallo de La Haya? El lenguaje de las cuerdas separadas no me parece adecuado. En un matrimonio no se puede decir "nos llevamos bien por una parte y mal por otra", pero en las relaciones entre países uno puede hacer predominar el conflicto y las cooperaciones. Las relaciones entre todos los países del mundo están marcadas por el conflicto, la hipótesis de la guerra. Ahí nace el espionaje, pero creo que en el siglo XXI debemos buscar predominar las relaciones de cooperación y no de conflicto. Tenemos que aumentar nuestra cooperación con Bolivia y con todos los países de la región. Pero esta semana se habló incluso de enfriar nuestras relaciones comerciales... Eso perjudicaría al sur del Perú. Para Tacna, por ejemplo, la relación con Arica es muy importante. La cantidad de ciudadanos chilenos que llegan a la ciudad, no solo a los restaurantes, al dentista, al médico. Entonces, Tacna se beneficia mucho de la intensificación de esta relación. Hay cosas que tenemos que hacer ahí, como un ferrocarril Tacna-Arica peruano que sea un transporte moderno. Incluso, recuerdo que en el año 2009, cuando fue el caso de Víctor Ariza, el presidente Ollanta Humala fue muy crítico y pidió que se tomaran medidas. Él todavía no era jefe del Estado. Pero tampoco propuso suspender las relaciones comerciales porque nos hacía daño. No podemos proponer cosas que nos afectan. Entonces, ¿qué hacer? He leído que el almirante Jorge Montoya ha propuesto un diálogo personal entre los dos presidentes, y digo: ¿por qué no? La diplomacía presidencial y de las cancillerías se complementan. Podría ser una iniciativa chilena, pero tiene que haber explicaciones de Chile. No podemos quedarnos en esta idea de que todos espían y punto. El próximo paso es que haya una explicación y las satisfacciones de Chile que sean aceptables para el Perú. En Chile se mantiene mucho hermetismo, a diferencia de nuestro país. El presidente Humala ha sido muy claro... Nosotros somos los afectados. Voy a hacer una comparación que parecer un poco abusiva. Pero si usted me agrede, pues yo voy a reclamar y usted va a tratar de hacer que no se note, es un poco así. Ellos han insistido en que se mantenga por la vía diplomática y en el caso Ariza todo se manejó por esa vía... También creo, como lo ha dicho el presidente (Humala), que se debe mantener por el canal diplomático. Pero cuando uno es agredido, uno debe manifestar su indignación, y eso es lo que ha hecho el jefe del Estado. Me parece que, sea por la vía diplomática o la vía presidencial, Chile debería buscar la forma de expresar una satisfacción porque por primera vez el espionaje está plenamente documentado. Los agentes chilenos están identificados y esta información ha sido entregada. Es una situación en la que Chile debe hacer algo, ha dado un paso adelante al pedir información. Hay que darle la oportunidad, pero no ceder en la posición principal. Chile tiene que dar una explicación. Desde Santiago, e incluso en Lima, se habla de un aprovechamiento político de este caso de parte del gobierno. ¿Considera que ha sido el caso? No creo que haya habido aprovechamiento político. Podría haberse dado el caso, pero desde ambas partes. Porque también sectores de la oposición están utilizando un tema internacional y de defensa de los intereses del Perú para afectar al gobierno. Es como cuando en la guerra con Chile alguien decía: "Primero los chilenos que Piérola". Pero creo que el gobierno, el presidente y la Cancillería han manejado esto de una manera adecuada y mantener los canales diplomáticos. Se habla de desavenencias entre Torre Tagle y Palacio... La política exterior la conduce el jefe del Estado y la ejecuta la Cancillería. Abrir brechas entre la Presidencia y Torre Tagle no es lo mejor para el país. En Chile, Bachelet enfrenta una situación interna compleja por el caso Penta, y en Lima, Humala está en constante enfrentamiento con la oposición. ¿Este caso podría fortalecer las relaciones internas en el país? Claro. Pero reducir los problemas externos a que el otro lo esté utilizando para fines internos siempre puede ser. Era lo que nosotros, cuando teníamos dificultades con Ecuador, generalmente atribuíamos a las agresiones de dicho país a la existencia de problemas internos y seguramente era cierto. O lo que siempre Chile ha dicho de los reclamos de Bolivia: que responde a temas internos. Tampoco hay una frontera clara entre la política exterior y la política interna. En este tema de La Haya hubo una gran unidad y a nadie se le ocurrió sacar este tema para el juego político interno. Fue un ejemplo de unidad nacional, esto se debió mantener y no empezar a atacarnos entre los peruanos. Se debe tratar de mantener una posición común. ¿Cómo hacer para que se supere esa desconfianza? Hay que mirar para adelante. Las relaciones entre el Perú y todos los países vecinos tienen que ser de cooperación. Tenemos que trabajar juntos para que América Latina tenga un lugar en el mundo. No podemos estar como en el siglo XIX, en competencia y confrontación porque estábamos persiguiendo límites. No se puede mirar el siglo XXI con ojos del siglo pasado. Lo que está haciendo Chile con estos actos de espionaje es mirar con ojos del siglo XIX, sobre hipótesis de guerra que deben descartarse. Tenemos que mirar al futuro con hipótesis de cooperación, y para superar este incidente está claro que Chile debe tomar una posición constructiva, eso es clave. Pero, históricamente, siempre hay tensiones... Habíamos iniciado un proceso de construcción de confianza, estábamos desplegando la construcción de un clima de confianza recíproca... ¿Se podrá llegar a la relación que se tiene hoy con Ecuador? Ahora las relaciones entre Perú y Ecuador son ejemplares, eso quiere decir que es posible. Al igual que las relaciones que mantiene Chile con Argentina. De no recibir una respuesta satisfactoria... Esto podría agravarse, espero que no. Creo que hay que llegar al río y ver cómo cruzarlo. “ESTO NO DEBE AFECTAR LA LEY QUE ESPERA EN EL CONGRESO” Se marca una nueva brecha con Chile que ha sido constante, después del fallo de La Haya ya existió una suerte de idas y venidas con el tema del triángulo terrestre... No diría que en el caso de La Haya hubo incidentes graves porque existió una comunicación muy fluida entre ambas cancillerías. Quizás lo más delicado fue por el tema de las minas, que se pudo resolver por las vías diplomáticas. Pero quien saca el tema del triángulo terrestre es el presidente de Chile (Sebastián Piñera). Nosotros esperábamos una actitud más constructiva. Es como este caso de espionaje, que aparece cuando estamos trabajando una relación constructiva. Pero hay que mirar para adelante. ¿Esto podría afectar al último tramo para que se concluya la implementación del fallo de La Haya? No. La sentencia está ejecutada. Perú ha tomado posesión del mar. Los dos países hemos quedado en entregar juntos las coordenadas a Naciones Unidas. Lo que hay son normas legales, tanto de parte de Chile como Perú, que evidencian el reconocimiento del derecho internacional por parte de ambos países. Por ejemplo, ellos tienen que eliminar la ley que dice que tienen un mar presencial que se prolonga al infinito. Perú ha establecido claramente que nosotros acatamos las normas internacionales de libre navegación. Nuestra Constitución acepta esto, digamos falta hacer una ley que ratifique esto tal como establece la ONU. ¿Este incidente puede afectar esta ley porque ya de por sí la norma está estancada en el Congreso? No creo. No tendría por qué. Lo que ha dicho Perú es que las leyes peruanas y la Constitución no son contrarias a la Convemar. Es gracias a ellos que la Corte ha podido reconocernos un pedazo de mar. No se puede sostener a estas alturas que estemos en contra de la Convemar. Pero hay reticencia porque se afirma que sería como entrar a la convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar... Perú ya aceptó la legislación de la Convemar, pero como no la ha suscrito no es parte del tratado. Dicho sea de paso, esto perjudica al Perú porque hay una cantidad de ventajas, como por ejemplo la administración de alta mar que corresponden a los países que han firmado este tratado. Pero no es que nuestro país tenga que someterse a un imperativo chileno sobre esta materia. Eso habrá que discutirlo en su momento. Entonces... Por ahora estamos en una situación que hemos conseguido un resultado en base a la Convención del Mar, pero no somos parte y por lo tanto estamos perdiendo una serie de derechos que tendríamos si formalmente fuéramos parte de este tratado. Pero insisto, no estamos sosteniendo una posición contraria porque si no no hubiéramos ganado en este fallo. (...) Después del fallo de La Haya y de este esfuerzo, que se descubre de manera fehaciente este caso. Chile tiene que tener conciencia de la gravedad que tiene hoy en día.