Fallo en la Corte de La Haya: siga en vivo la lectura de la sentencia ¿En qué momento se decidió llevar el caso a la Corte Internacional de La Haya? En enero del 2007 tuvimos la convicción de que había que ir a La Haya. Antes, pensábamos que no iba a ser necesario, que en algún momento Chile se avendría a negociar, pero ante la negativa tajante, más la Ley de Arica Parinacota, fue clarísimo que en esas circunstancias no quedaba otra cosa que acudir a la corte. Pasaron casi nueve meses entre que Perú anunció a Chile su decisión de ir al tribunal y la fecha en que entregó la demanda. ¿Por qué esta demora? Queríamos conocer primero los fallos que tenía que dar la corte sobre Colombia-Nicaragua y Nicaragua-Honduras. En el primero Colombia planteó excepciones preliminares, diciendo que ya había un tratado y que la corte no era competente; pero el tribunal dijo: yo voy a verlo pues hay un tratado sobre el territorio, sobre las islas del archipiélago, pero no sobre la delimitación marítima. Entonces supe que Chile no las presentaría al inicio. Lo que ha hecho es presentar las excepciones con la contramemoria, con lo que el caso no se paralizó. ¿Y el fallo sobre Nicaragua contra Honduras? También era importante porque la corte señaló que un tratado de límites tiene que ser explícito, no puede ser deducido; y es evidente que no existía algo ni parecido a un tratado de límites marítimos entre Perú y Chile. Entonces, con mucha tranquilidad avanzamos en la preparación de la demanda. No fue nada fácil… No. Nuestras debilidades saltaban a la vista, así como las fortalezas de Chile, pero en el ejercicio de investigación, reflexión y búsqueda que hicimos encontramos debilidades en Chile y más bien fortalezas para Perú. Una de las más importantes es no tener nada que se parezca a un acuerdo de límites y haberlo afirmado en todo momento. ¿Cómo seleccionaron a los abogados? En su composición, la corte refleja las grandes corrientes del pensamiento jurídico. Hay una corriente francesa, como hay una anglosajona; por eso nos preocupamos en tener un francés, un americano, dos ingleses y un italiano. ¿Por qué escogieron un juez ad hoc francés en lugar de un nacional como hizo Chile? No fue fácil tomar ciertas decisiones, como la del juez ad hoc. Me reclamaron por no nombrar a un peruano, pero eso no era importante porque un juez ad hoc no es un emisario del gobierno que hace lobby, sino un magistrado más. Escogimos a alguien que piense como nosotros. Cuando le pregunté al profesor francés Gilbert Guillaume sobre el caso, me dijo que creía que a Perú le asiste la razón. Por eso lo elegimos. Además, no había ningún jurista peruano que haya litigado en la corte. En cambio, tenemos un juez ad hoc que ha sido presidente del tribunal, que tiene mucho prestigio y que piensa como nosotros en materia de delimitación marítima. Otro tema fue elegir a los abogados. ¿Por qué Pellet? El primer contratado fue Alain Pellet. Él fue consultado por el gobierno peruano en el caso de Ecuador, y preparó un trabajo sobre el caso con Chile, cuando Rodríguez Cuadros era canciller. Hallé diez o doce trabajos y el de Pellet me impresionó. Él está muy vinculado al derecho del mar y le costó llegar a la conclusión de que Perú tenía un buen caso. Al principio era escéptico. Pero eso fue bueno porque se tomaba las cosas con calma, dudaba, no era un optimista al cien por ciento sino cuestionador; decía falta esto y aquello, hay que plantear tal cosa, etc. Pero si bien los abogados tenían su opinión el gobierno también tenía muy claras las ideas sobre el tema y sobre lo que había que decir. Hicimos un buen equipo.