Távara: “En teoría somos un presidencialismo, pero está constituyéndose de facto un parlamentarismo”
En diálogo con La República, la politóloga Paula Távara aseguró que el Congreso, a través de interpretaciones auténticas o marcos de reglamentación, se fortalece “pasando por un costado de la Constitución”.
La politóloga Paula Távara consideró que un sector del Congreso de la República descubrió que “la ‘mejor’ forma de oponerse al Gobierno” de Pedro Castillo es “fortaleciéndose por encima de lo que nuestro sistema político dice que debemos ser: un presidencialismo”.
La especialista también comentó sobre la alianza que habría concretado el jefe de Estado con la bancada de Perú Democrático, con la que se anularía cualquier intento de la oposición por vacar al mandatario.
- El viernes, el vocero de Perú Democrático, Héctor Valer, aseguró que su agrupación garantiza estabilidad, ya que junto a Perú Libre y Juntos por el Perú suman 45 votos, cantidad necesaria para evitar todo intento de vacancia ¿Cómo podría Pedro Castillo fortalecer este apoyo?
Es bien difícil que una alianza dentro de nuestro Congreso dure los cinco años de Gobierno. Sin embargo, en este momento, dicha bancada se constituye como un intento oficial de ser una más oficialista, por decirlo así. Necesariamente no tiene acuerdo ideológico, pero sí comparten esta premisa de querer que el Gobierno sea duradero y ayudar a bloquear intentos de vacancia.
¿Qué cosas podría hacer Pedro Castillo? Creo que hay dos: construir una relación de diálogo constante con esta bancada, de modo que pueda ser su apoyo para presentación de proyectos de ley, defensa de determinados temas en el Parlamento. Lo otro es que el presidente tenga una actitud más transparente, abierta y honesta posible porque (...) lo que puede ocurrir es que, si vuelven a ocurrir situaciones como estas (presuntos actos de corrupción), congresistas que no vienen de Perú Libre puedan tomar distancia con el Gobierno.
- Tener esa cantidad de votos garantiza que no sea destituido, pero no que no sea citado a dar sus descargos ante el pleno.
Para pedir una moción de vacancia se necesitan menos votos, pero las posiciones no deben estar en cuántos números de votos consiguen, sino a no mal utilizar la figura de la vacancia. Hay que recordar que la figura de la vacancia no es una interpelación o estación de preguntas para el presidente. Si los parlamentarios y parlamentarias creen que es necesario que haya un mecanismo por el que el presidente tenga que responder, pueden perfectamente, y estoy segura que tendrían los votos, hacer una reforma constitucional que habilite una figura como esa.
- Luego de que no prosperó la moción de Patricia Chirinos, la oposición no ha vuelto a evocar este procedimiento...
Lo dijimos en su momento, esa moción de vacancia tenía la intención de funcionar como un termómetro, ver cuántos de los parlamentarios iban a estar de acuerdo e incluso cómo la ciudadanía podía apoyar o rechazar este tipo de actuación. Luego de la votación que se obtuvo, las formas en la que se manejó, las implicancias casi irrisibles de los medios de comunicación cercanos a esa moción... La oposición ha entendido probablemente que —no creo que hayan entendido que todas las negociaciones deben hacerse por los conductos democráticos porque creo que siguen habiendo quienes tienen en su agenda la vacancia— tiene que tener las fuerzas, los votos, cálculos y negociaciones políticas bastantes más establecidas y asentadas para poder llevar una apuesta como esa.
Si volvemos a ver otra moción de vacancia, probablemente será con mucha más claridad sobre los votos, por un tema que amerite una investigación y en un momento en que la presidencia tenga aún menos respaldo público.
- Quienes buscan la vacancia de Pedro Castillo son quienes también promovieron la narrativa del fraude electoral, que ya fue descartada por la Fiscalía. Sin embargo, sigue en pie esta comisión investigadora en el Congreso, ¿qué se debería esperar de este grupo de trabajo luego del archivamiento de la denuncia de firmas falsas?
Es muy improbable que el grupo de trabajo saque una resolución que diga que no ha habido fraude porque sería negar las propias narrativas partidarias de quienes la conforman, pero —en vistas de lo que ha dicho el Poder Judicial, las posiciones políticas y de la ciudadanía— no podríamos encontrar en la conclusión de este trabajo un párrafo que diga que radicalmente hubo fraude. Sus conclusiones probablemente sean ambiguas.
- Retomando a los votos en el pleno, estos también frenarían reformas constitucionales que vayan en contra del Gobierno, pero no leyes ordinarias o “interpretativas”. ¿Qué opinión le merece las iniciativas que se están impulsando actualmente desde el Legislativo?
Lo que ha hecho la oposición es encontrar mecanismos para, utilizando interpretaciones auténticas o marcos de reglamentación constitucional, no tener que pasar por el máximo de votos que requieren las reformas constitucionales.
- Pareciera que el Congreso busca fortalecerse y reducir las prerrogativas del Ejecutivo que la misma Constitución le otorga.
Efectivamente. El otro día, Eduardo Dargent decía una cosa que es muy cierta: si algo nos ha quedado de las crisis políticas del 2017 al 2021, es un parlamentarismo de facto que no se corresponde con el ordenamiento constitucional. El Parlamento ha encontrado que la ‘mejor’ forma de oponerse al Gobierno es fortaleciéndose por encima de lo que nuestro sistema político dice que debemos ser. En teoría, somos un presidencialismo o semipresidencialismo, pero lo que se está constituyendo de facto, no constitucionalmente, es un parlamentarismo. A la fuerza.
- ¿Estarían atropellando la Constitución?
No sé si por encima, pero sí pasando por un costado de la Constitución. Lo que a la larga podría llevar que estos tipos de normas sean presentadas frente al Tribunal Constitucional.
- Otro conflicto Ejecutivo-Legislativo que llegaría al TC es sobre la ley que limita el referéndum. Este sábado, la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, dijo que “no tengan duda” en que dicha norma sería promulgada por insistencia. ¿La posibilidad de un momento constituyente se aleja cada vez más?
No ha estado en términos reales. Un momento constituyente no pasa por lo que los políticos institucionalmente deciden constituir, sino por lo que la ciudadanía pide desarrollar. Un momento constituyente no es porque un conjunto de parlamentarios o una fuerza política lo pida, lo es en tanto que la ciudadanía forme parte de ese momento.
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Por mucho que se haya querido hablar de una nueva carta magna, no ha habido un momento constituyente en el país. De lo que podríamos hablar es que en noviembre de 2020, a raíz de las protestas contra Merino, hubo un momento destituyente, pero que tampoco cuajó.
Lo que hay es una narrativa, sobre todo desde la oposición, de querer concebir la idea de que se quería sí o sí una nueva constitución, cuando las fuerzas institucionales del Gobierno han dicho que no lo iban a buscar por ahí (desde el Gobierno), sino mediante los votos. Y de nuevo, una búsqueda del Parlamento para fortalecerse y cerrar las puertas a lo que es un derecho de la ciudadanía, que es que haya referéndums para reformas constitucionales, sean o no sean un cambio de Constitución.
- María del Carmen Alva considera que “ninguna asamblea constituyente se puede hacer en la calle” porque sería un “golpe de Estado”.
Y ningún intento de bloquear las acciones de la ciudadanía se debería hacer porque constituyen también una forma de autoritarismo del Parlamento. Bloquear las prerrogativas de la ciudadanía de participar de la democracia —que es en sí misma un espacio de gestión, poder y decisión— es una forma de debilitarla y todo debilitamiento de la democracia es un autoritarismo.