DURA REALIDAD. La República arribó a este poblado declarado en huelga indefinida para rechazar la erradicación de cultivos que supuestamente van al narcotráfico. ,San Gabán: un pueblo que vive de la hoja de coca,Puno. En San Gabán, distrito de la provincia puneña de Carabaya, todos sus pobladores tienen la dentadura de color verde. Es probable que esa condición sea fruto del chacchado de coca, ritual cotidiano. La planta milenaria es su alimento, les da fuerza en sus faenas. Cien gramos sustituyen el almuerzo. La mascan añadiéndole llipta, ceniza de kiwicha o quinua y cal, que sirve para aprovechar los alcaloides de la hoja. Otros preparan mates, bebidas calmantes de dolores estomacales o de cabeza. PUEDES VER: Declaran en emergencia distritos de Madre de Dios para controlar narcotráfico San Gabán está ubicado a ocho horas al norte de la ciudad de Puno. La carretera Interoceánica pasa por medio del poblado que está rodeado de montañas cubiertas de vegetación. El uso tradicional de la hoja es evidente. Sin embargo, según la Policía, hay una sobreproducción destinada al narcotráfico. Por eso, la semana pasada, en el sector El Carmen, policías Antidrogas y 158 trabajadores del Proyecto Especial de Control y Reducción de Cultivos Ilegales (Corah) montaron un campamento para combatir las plantaciones ilegales. Los campesinos los rechazaron. Como producto de la refriega, hubo dos muertos, los dos cocaleros. Desde el viernes pasado, en esta zona, ya se prendió un nuevo conflicto social. Los agricultores mantienen bloqueado uno de los tramos de la Interocéanica, que comunica Puno con Madre de Dios. El Gobierno no se da por enterado. Según el Sistema Integral de Monitoreo de Cultivos Ilícitos, la superficie con hoja de coca en San Gabán, para el 2017, alcanzó 1296 hectáreas, 3% del total nacional y 226% mayor a la cifra estimada en 2016, que era de 398 hectáreas. En San Gabán, la mayoría de pobladores son cocaleros. Empero, deslindan de alguna relación con el narcotráfico. El poblador William Quispe admite que aquí mandan las leyes de mercado. Se cultiva lo rentable. La arroba de la hoja verde se vende entre S/ 250 y S/ 300 en ferias o a acopiadores que recorren las chacras. En cambio, la Empresa Nacional de la Coca. (Enaco) solo paga S/ 90. PUEDES VER: Puno: Cocaleros intervienen a dos policías que estaban en las protestas de San Gabán [VIDEO] Valeria Flores es sincera. Asegura que si le compran perros a S/ 1000, ella los criaría para venderlos y no le importaría si los canes terminan en un chifa como carne. “Castiguen a los que dan mal uso a la planta, pero no a los productores”, dijo. Según los pobladores, 90 % de sus ingresos provienen de la hoja de coca. El cacao y las frutas no suplen sus necesidades económicas. Baja rentabilidad Juan Luna Linares, jefe de Devida en Puno, asegura que, en los últimos cuatro años, transfirió vía convenio al municipio de Carabaya 10 millones para asistencia técnica en cultivos alternativos. Tres mil familias sembraron cacao y frutales en 1060 hectáreas, aunque el impacto es mínimo. El funcionario precisó que, por intervención directa en Camanti (Cusco), Inambari (Madre de Dios) y San Gabán (Macusani), lograron 362 plantaciones nuevas de cacao y dieron mantenimiento a 250 hectáreas de plantaciones existentes. Luna precisó que al año se producen 800 kilos de cacao por hectárea, que equivalen a S/ 5600 soles. “Y de qué vivo durante todo el año. Es más, por la calidad de tierra, se cosecha menos de la mitad. La piña se produce una vez al año. Mienten cuando dicen que todo es una maravilla”, cuestionó Lorenzo Puma.