Mediático. Con sus proclamas en ocasiones poco disimuladas que lanza desde su programa radial busca llegar a un sector de los peruanos con sus peculiares puntos de vista.,El cardenal de Lima Juan Luis Cipriani es una figura mediática que no se ha privado de emitir juicios políticos ni de pronunciarse sobre temas controversiales, además de haber apoyado abiertamente a los gobiernos de Alberto Fujimori, hoy preso por delitos de lesa humanidad. Desde sus días como obispo auxiliar y luego arzobispo de Ayacucho, monseñor Cipriani ya daba muestras de querer ser una figura permanente en la vida pública. PUEDES VER Arzobispo que reemplaza a Cipriani se reunirá con víctimas del Sodalicio En la década de los 90 no solo era parte de la burocracia religiosa, sino que asumió un persistente activismo político a favor de los gobiernos de Fujimori, pese a los cuestionamientos que este tenía por violación a los derechos humanos. Precisamente, Cipriani, del ala conservadora de la Iglesia católica, mostró en Ayacucho un rechazo a las organizaciones no gubernamentales, principalmente a la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos a la que descalificó con crudeza. “Los derechos humanos no son unos valores absolutos, sino que están permanentemente sometidos a los límites que les señalan unos ‘deberes humanos’ (...) la mayoría de instituciones de defensa de los derechos humanos son tapaderas de rabo de movimientos políticos, casi siempre de tipo marxista y maoísta”, fue la definición que dio sobre estos derechos y que quedó registrada por la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Otra declaración del cardenal que causó escándalo fue cuando aseguró que dudar sobre la actuación de los militares –autores de la matanza de un profesor y 9 estudiantes de La Cantuta– era una traición a la patria. La pena de muerte, cuando ha sido materia de debate, también ha tenido su respaldo. Actuación política Ni siquiera tras la fuga de Fujimori y su renuncia a la presidencia vía fax, Cipriani ha dejado de estar presente con su opinión o intervención en cada una de las elecciones. Desde hace casi dos décadas, cada sábado, desde su programa radial, intenta demonizar a ciertos políticos en campaña o en plena gestión edil, mientras que ensalza las virtudes de otros. En los comicios del 2011 esgrimió una crítica abierta contra el candidato Alejandro Toledo, de Perú Posible, cuyo programa de gobierno aprobaba la unión civil de personas del mismo sexo. Una posición distinta mostró con Alan García, a quien justificó cuando golpeó a un joven en el 2010. En diciembre pasado lo defendió indicando que tenía derecho a pedir asilo a Uruguay, aunque este país le negó esa solicitud. Para el politólogo David Sulmont no cabe duda de que Cipriani es un actor político que seguirá dando que hablar.