Está claro que a algunos congresistas no les importa seguir afectando a diez mil o a cien mil, con tal de no aprobar cosas que afecten sus curules.,El proceso de vacancia contra el expresidente Pedro Pablo Kuczynski duró unos pocos días. La aprobación de la Ley Mulder fue exonerada de comisiones y tuvo una votación ‘express’ en el Congreso...La pregunta que seguimos haciéndonos es por qué ahora los cuatro importantes temas que comprenden la reforma política y judicial tardan más de un mes en pulirse y aprobarse en nuestro mismo parlamento, tan acucioso para otros temas. En medio de este contexto, quizá valga la pena recordar un gesto que podría resumir la apatía de la Fuerza Número 1 cuando de estos temas se trata: el audio en el que la congresista Yesenia Ponce narra cómo Keiko intentaba boicotear el proyecto de Chinecas por un tema de réditos electorales. ¿Lo recuerdan? Hagamos memoria: “Keiko me llama a su despacho a una reunión y me dice: Yesenia, ¿vamos a ayudar al Ejecutivo? Este proyecto tiene que ser nuestro. Es un buen proyecto pero no es el momento, así que hay que guardarlo y en su momento nosotros mismos lo hacemos realidad (...) no me interesa así se perjudiquen diez mil, cien mil personas”, esto habría dicho Keiko según la congresista Ponce en un audio revelado el año pasado en el programa Cuarto Poder. No es coincidencia que al día siguiente del mensaje presidencial –con el pedido de cuestión de confianza– los congresistas hayan convocado a comisiones y agendado un pleno previo al ordenado por el primer mandatario. De esta manera, terminaron por reestructurar todo el cronograma que pateaba reformas tan importantes como la del financiamiento de partidos políticos (recordemos Odebrecht, fujicocteles...). Está claro que a algunos congresistas no les importa seguir afectando a diez mil o a cien mil, con tal de no aprobar cosas que afecten sus curules, por ende, sus bolsillos. De ahí que la reforma política estuviese al final de las prioridades. Vizcarra hizo lo que tenía que hacer, incluso si esto implicaba un cierre del Congreso que ahora vemos lejano, pues el objetivo principal parece se cumplirá hoy: dar la confianza y apurar las reformas. Sin embargo, habrá que tener mucho ojo con lo que se apruebe. Hemos visto a los congresistas votando en contra de la paridad de género en el Consejo Nacional de la Magistratura y aún tenemos varias denuncias constitucionales que siguen paralizadas, como si 130 congresistas no fueran suficientes para tocar más de un tema a la vez. ¿Hinostroza? ¿Chávarry? ¿Qué pasará con todos los personajes de los audios de la vergüenza? Lo importante es que se viene asentando la conciencia de estar movilizados y, ahora más que nunca, entendemos la importancia de la presión de la ciudadanía organizada. ¡Nos vemos en las calles!