No es la primera vez que se censura desde el Gobierno cualquier obra política en la que se critique la sistemática violación de derechos humanos que tuvo lugar en los primeros meses de la instauración del régimen. Los muertos producto de las protestas siguen demandando justicia desde la obra popular.
Ya sean pinturas, como es el caso actual de las dos obras de artistas puneños censurados en una muestra de la Biblioteca Nacional y que es organizada por Brisas del Titicaca, con ocasión del bicentenario. O contra los pasacalles en Cusco que mostraban las muertes ocurridas en las plazas públicas de esa ciudad, o directamente, al dejar al gran caricaturista Juan Acevedo sin el premio otorgado por la Casa de la Literatura, porque ha sido crítico de la gestión gubernamental.
La cultura ha sido castigada y censurada por el ejercicio de su libertad creadora y por su vínculo estrecho con la realidad y la denuncia. Ha sido una constante en estos casi dos años y muestra la intolerancia y el autoritarismo vigentes.
Las dos obras censuradas por la jefa de Comunicaciones de la Biblioteca, Milagros Paredes, según la denuncia de la organización cultural con 62 años de actividad promotora de la cultura puneña Brisas del Titicaca, fueron retiradas ad portas de abrirse la exposición, con comentarios racistas y discriminatorios por parte de la funcionaria.
Los dos cuadros representan el momento en que se agravió desde la Presidencia de la República a Puno, al señalar que no es el Perú. En uno de ellos se lee “Puno sí es el Perú”, y en el otro hay una persona mayor que sostiene sobre su cabeza a los deudos de quienes murieron en las protestas del 9 de enero del 2023 en esa ciudad, y para quienes se reclama justicia.
La gestión cultural del actual Gobierno es tan penosa como su manejo político, económico y social. Lo que queda claro es que no por retirar unos cuadros se va a evitar que, tarde o temprano, se conozca la participación y responsabilidad de las autoridades en acciones militares y policiales que segaron la vida de 49 personas.
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