Los últimos días se difundió que a la fecha 27 universidades peruanas tenían más de 100 publicaciones en la base de datos Scopus el 2022. Antes de la ley universitaria (2014), eran solo tres.
Entre las diez primeras con mayor cantidad se encontraban siete universidades societarias, dos privadas asociativas (PUCP y UPCH) y solo una pública (UNMSM). San Marcos lidera con 946 documentos, pero frente a otras universidades latinoamericanas como la Universidad de Sao Paulo (17.159), Buenos Aires (3.665) y Autónoma de México (7.612), su producción es baja. Una diferencia importante entre estas cuatro universidades es el volumen de estudiantes, todas las mencionadas tienen 10 veces más estudiantes que UNMSM (>300 mil vs. ~30 mil).
¿Por qué importa el tamaño estudiantil? Pues a mayor número de estudiantes se requieren más plazas de docentes a tiempo completo y por tanto un mayor volumen de investigadores resultando en mayor producción, diversificación, especialización y calidad en lo que investigan.
Por ello, no sorprende que muchas universidades societarias aparezcan ahora entre las más productivas, pues si sumamos las cuatro más grandes (UCV, UPN, UTP y UPC) hay más estudiantes que en todas las universidades públicas del país. Sin embargo, la producción de estas es baja para su tamaño, por ejemplo UCV, UTP y UPN tienen 5 o menos publicaciones por cada mil estudiantes el 2022 frente a UNMSM (34), Científica del Sur (37) y Cayetano Heredia (95).
Entonces, la estrategia para hacer más competitiva a la universidad pública en la región es hacerlas más grandes, y en vez de crear nuevas universidades públicas, podrían ser filiales de las ya licenciadas.
El incremento de plazas docentes permitirá también una renovación de la gestión universitaria, ya que el ingreso de nuevos docentes jóvenes cambiaría la dinámica de los votos para la elección de autoridades en universidades públicas.
Lima, 1981. Director de Investigación de la Universidad Científica del Sur. Médico sanfernandino, investigador RENACYT, docente universitario, editor científico, acuarófilo, papá gatuno y compañero de vida de Daniel. Cuenta con más de 100 publicaciones científicas en Scopus, miembro del Comité de SciELO Perú.