Hay dos ejes que son fundamentales para que el Estado pueda ser un agente que garantice la calidad de vida para sus ciudadanos. Por un lado, se encuentra el marco normativo que indica hasta dónde puede llegar un funcionario público y por otro se encuentran los aparatos administrativos en donde se operan las políticas públicas.
En nuestro país, una de las principales razones por las que fracasan las políticas públicas es porque se suelen diseñar soluciones equivocadas, que no están pensadas en el destino final que estas soluciones lograrán. Se dice que el Perú está sobrediagnosticado, pero en realidad el Perú está mal diagnosticado y por ello es que nos esforzamos en implementar salidas que no nos llevan a ningún puerto.
El error parte porque nos aferramos a soluciones preconcebidas sin haber entendido realmente cuál es el problema que buscamos resolver. Algo que siempre comento a mis alumnos servidores públicos es un pasaje de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol en donde Alicia está perdida en el bosque sin saber hacia dónde ir. Alicia se encuentra con un gato y le pregunta qué camino debe tomar pero el gato le responde “eso depende de hacia dónde quieras llegar”. El punto es que en el Perú estamos discutiendo sobre salidas sin tener plena claridad de lo que queremos lograr con ellas. Si no conocemos el punto de llegada, si no tenemos claro cuál es el objetivo que la política pública busca resolver, ninguna solución tendrá sentido pues carecerá de propósito y no habremos resuelto nada.
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Una vez que se tiene claro qué cosa es lo que se desea solucionar y la razón de ser de lo que merece ser cambiado, recién ahí es cuando se debe discutir cuál puede ser la mejor solución. No antes.
Otro punto importante que explica por qué fracasan las políticas públicas es porque se desconoce o desvaloriza la relación que tiene el contenido de la política (solución) con la gestión pública (capacidad operativa). Las organizaciones deben asegurar adecuadas estructuras y recursos humanos que permitan que las políticas públicas se puedan ejecutar con efectividad. Así, se puede haber diseñado una gran solución pero si esta no viene acompañada del plan operativo, la política pública se quedará en el plano del deseo.
En este sentido, nos estamos esforzando, o mejor dicho distrayendo, en agendar soluciones que no han sido debidamente reflexionadas desde el punto de vista del efecto que generarán.
Un líder político que quiere mejoras genuinas en la calidad de vida de los ciudadanos, se debe enfocar en entender qué cosa es lo que se quiere mejorar, pensar en las diferentes alternativas que pueden existir y tomar una decisión pensando en que ello conducirá a solucionar la problemática que se identificó previamente.
La esfera política es el campo de la toma de decisiones públicas, pero se necesita de la parte técnica para saber que las decisiones que se toman son las mas correctas. De ahí que sea importante revalorizar el sentido de la gestión publica y de las políticas públicas como espacio para generar grandes reformas. Lo político, por sí solo, no es un campo de acción.
El debate respecto a si necesitamos una nueva Constitución o no distrae la conversación de aquello que más debería importar a los tomadores de decisión. Centrar el debate en lo que necesita el Perú y sus ciudadanos, en vez de aferrarse a una lucha política dicotómica y polarizante, no solo es absurda y caprichosa sino que nos aleja de comprender cuáles son los temas crucialmente importantes para la gente y lo que merece ser cambiado para cambiar de verdad. Si nos imaginamos mejor cuáles son los progresos que esperamos que sucedan, vamos a empezar a focalizar el debate en reformas pendientes que no se van a solucionar con un cambio constitucional. Estoy segura que los tomadores de decisión de trincheras distintas van a empezar a encontrar más coincidencias si centran su debate en lo que necesita la gente.
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Especialista en Políticas públicas efectivas. Jefa del Observatorio de Políticas Públicas de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico. Ha sido servidora pública de municipios y ministerios. También ha sido Secretaria Técnica del Social Progress Imperative para el Perú. Limeña, hija de padre puneño y madre moyobambina.