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Ecosistema de difamadores

“Además del acoso mediático, la han querellado otros personajillos oscuros, uno de ellos vinculado a Solidaridad Nacional, por quítame esas...”.

A Paola Ugaz se le ha acusado de todo. De comercializar uranio y plutonio en Piura. De lavar dinero. De formar parte de una organización criminal. Le han dicho mentirosa, corrupta, deshonesta. Ningunean su trayectoria, la maltratan con invectivas misóginas. Y en ese plan.

El grupito de difamadores siempre es el mismo. Siempre. No llegan a diez, es verdad, pero con mucho entusiasmo se dedican a viralizar sus miasmas en las redes sociales. ¿Eso es casual? Si no lo es, reconozcamos que es bastante rara y bizarra y extraña una situación así. Si me preguntan, no recordaba nada similar desde los tiempos de Fujimori y Montesinos.

Y entre estos difamadores, todos salidos del mismo ecosistema, se citan, se entrevistan, se regodean vapuleándola, y, como jugando, han venido creando un relato −absolutamente vomitivo− que hace rato cruzó la línea. Curiosamente, todo esto viene ocurriendo desde hace dos años. Mediados del 2018, para ser exactos, cuando un representante del Sodalicio la querelló por una supuesta difamación, que nunca existió, todo hay que decirlo.

Además del acoso mediático, la han querellado otros personajillos oscuros, uno de ellos vinculado a Solidaridad Nacional, por quítame estas pajas. Por razones hasta delirantes. Como aquella que pretendía que Paola Ugaz detuviese la circulación en redes de un reportaje elaborado por la cadena Al Jazeera, en el que se implicaba a empresas vinculadas al Sodalicio en casos de tráfico de tierras. Reportaje en el que, salvo conceder una brevísima entrevista, no tuvo mayor protagonismo.

¿Por qué pasa todo esto con la periodista que reveló las cochinadas del Sodalicio? ¿Por qué este ensañamiento con la misma periodista que, ahora, está tratando de terminar otro libro sobre las finanzas de dicho movimiento católico? ¿Todo es fortuito? ¿Todo es coincidencia? ¿Todo es fruto del azar? ¿En serio?

No sé ustedes, pero acá hay algo que, no solo huele mal, y apesta, sino que pareciera tener movimientos coordinados y sincronizados. Porque cuando uno ve hacia atrás, estos cacógrafos de mala entraña han llegado al punto de desarrollar una narrativa infame y calumniosa, en la que incluso se han metido con sus hijos. Porque a eso han llegado. Más todavía. También han intentando acusarla ante los editores de ABC, el diario español del cual es corresponsal, como una persona que se dedica a desinformar. Lo cual también es basura del mismo saco.

Lo más bajo a lo que han llegado fue cuando el diario Expreso, cuyo subdirector forma parte de la misma fauna de denigradores, inventó una fábula según la cual la periodista se dedicaba a estafar gente, movilizando ingentes cantidades de dinero, para quedarse con comisiones, fabricando diálogos truchos en extensos chats. Todo un asco. Esto tiene que parar.

Pedro Salinas

El ojo de mordor

Periodista y escritor. Ha conducido y dirigido diversos programas de radio y tv. Es autor de una decena de libros, entre los que destaca Mitad monjes, mitad soldados (Planeta, 2015), en coautoría con Paola Ugaz. Columna semanal en La República, y una videocolumna diaria en el portal La Mula.