Tablero de control

¿La ya alicaída demanda va a sufrir aún más, pues el miedo al contagio haría que la gente se quede en su casa?

Hoy tenemos, a la vez, shocks negativos de oferta (caída de la producción) y de demanda. Se está reactivando la oferta con Reactiva Perú: S/ 60,000 millones a las empresas para restablecer la cadena de pagos y dar capital de trabajo.

Pero el shock de demanda es muy grande y pone todo en riesgo, pues se han perdido 4 millones de empleos (2.7 millones solo en Lima) y la masa salarial se ha reducido en 58%: difícilmente aumentarán las ventas, se postergarán decisiones de inversión privada y peligra la propia reapertura de negocios (restaurantes, por ejemplo). Así, economistas de distintas canteras −Julio Velarde, Bruno Seminario, Jorge Baca, Óscar Dancourt, Hugo Perea y Elmer Cuba− coinciden en que es necesario un impulso fiscal.

Reactivar la inversión pública es imperativo, pero toma tiempo. El impulso fiscal, hoy, pasa por restablecer el poder adquisitivo de la población, al menos en parte. En EEUU y Europa el seguro de desempleo compensa el 80% del salario. En Argentina, Chile y Colombia se han otorgado bonos universales (muchos hasta fin de año).

En parte, por ello, sus recesiones han sido menos fuertes que la nuestra. Aquí el gobierno aún no ha terminado de otorgar el primer bono (dividido en cuatro) que, además, solo cubría un mes. ¿No se da cuenta de que se dispara al zapato y perjudica la propia reactivación que, hoy, es su máxima obsesión? Los S/ 5,000 millones para 6.8 millones de personas compensan lo perdido y tienen un gran efecto multiplicador. Los recursos existen, como lo ha dicho el mismo presidente. ¿Qué esperan? ¿Que haya quiebras y que el MEF tenga que desembolsar miles de millones de soles para pagar las garantías de Reactiva?

Vamos a la pandemia. El gobierno ha optado por la reactivación, cueste lo que cueste (“hay que aprender a convivir con el virus”). Pero la pandemia sigue (nunca volteamos la curva) y es probable que, al aumentar la movilidad y los contactos, igual suceda con los contagios y fallecidos. Pregunta: ¿la ya alicaída demanda va a sufrir aún más, pues el miedo al contagio haría que la gente se quede en su casa?

Los países tienen su “tablero de control”: indica en qué momento el deterioro de la salud gatilla medidas para frenar el virus y salvar vidas. Chile, que ya sinceró el # de fallecidos, tiene un nuevo tablero, Paso a paso: “Hay criterios: si la ocupación de camas es menor o igual que 85%, que el número de contagios que produce una persona sea menor que 1 y que los contagios tengan una disminución sostenida” (1). En Colombia hay alertas (amarilla, naranja, roja) basadas en criterios epidemiológicos y disponibilidad de camas UCI. Si se traspasan los límites, el gobierno toma medidas.

Aquí tuvimos tablero de control con cuatro fases para la reactivación. Pero ahora no hay. El gobierno tiene la data para saber qué está pasando pero, por lo menos hasta ahora, la ignora. Pareciera que los 200 fallecidos diarios (los “oficiales”, pues no se han sincerado las cifras) podrían ser 300 o 400 (ver Arequipa, Huánuco, Lima) y no pasa nada. Nos preguntamos: ¿el gobierno apuesta por la “inmunidad de rebaño”?

La salud está en crisis por las políticas de los últimos 30 años. Innegable. Pero este gobierno tiene fallas de gestión igualmente innegables (clínicas, genéricos, oxígeno, test, seguimiento). Esto debe corregirse. Urge un tablero de control transparente para saber el número real de fallecidos y la cantidad de camas UCI, por región y por hospital. Y que existan criterios objetivos (no los que buenamente piense quien nos gobierna) que gatillen medidas si la pandemia empeora.

Y como la salud y la economía van de la mano, urgen también los bonos universales para compensar los ingresos perdidos y reactivar la economía.

Ver El Mercurio, 20/07. “Si es necesario retroceder en la apertura económica, vamos a retroceder. Si es necesario avanzar, seguiremos avanzando”. shorturl.At/ipvrw

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