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José "Pepe" Mujica: ¿cuál es el último deseo del expresidente uruguayo?

José "Pepe" Mujica, expresidente de Uruguay, enfrenta sus últimos días a los 88 años debido a la expansión de su cáncer de esófago al hígado, con serenidad y reflexión.

El expresidente uruguayo ha pedido a los periodistas respeto en su última etapa de vida. Fuente: Búsqueda
El expresidente uruguayo ha pedido a los periodistas respeto en su última etapa de vida. Fuente: Búsqueda

El expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, conocido por su humildad y su vida austera, enfrenta sus últimos días con serenidad y reflexión. A sus 88 años, y tras confirmar que el cáncer de esófago que padece se ha expandido al hígado, Mujica ha expresado su último deseo: ser enterrado en la chacra de Rincón del Cerro, su hogar y símbolo de su filosofía de vida.

“Yo me voy a morir acá”, afirmó Mujica en declaraciones al semanario Búsqueda. El exmandatario explicó que está haciendo los trámites legales necesarios para que su descanso final sea en su propiedad, junto a una imponente sequoia que plantó años atrás. “Ahí afuera hay una sequoia grandota. Está Manuela (su perra) enterrada ahí. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está”, señaló.

La chacra de Rincón del Cerro, ubicada en las afueras de Montevideo, ha sido el hogar de Mujica y su esposa, Lucía Topolansky, durante décadas. Este espacio no solo es un lugar físico, sino un reflejo de los valores que han guiado su vida: sencillez, conexión con la naturaleza y cercanía con el pueblo. En este lugar, Mujica cultivó su propio alimento, recibió a líderes internacionales y vivió alejado de los lujos, incluso mientras ejercía como presidente de Uruguay entre 2010 y 2015.

Su decisión de ser enterrado en la chacra también guarda un fuerte simbolismo personal. En ese mismo lugar yace Manuela, la emblemática perra de tres patas que acompañó a Mujica durante años y se convirtió en un símbolo de su vida cotidiana.

En sus declaraciones recientes, Mujica pidió que se respete su privacidad en este momento crucial. “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”, expresó.

Este último deseo es coherente con la vida que llevó Mujica: una existencia marcada por el compromiso social, la humildad y una profunda conexión con la tierra y sus raíces. Así, el expresidente uruguayo prepara su despedida con la misma sencillez que lo ha definido, dejando un legado que trasciende fronteras y generaciones.